Nosa pugna con Stuani / Alejandro García (EFE)
El Betis se libró por poco de concluir la tercera jornada como tercero por la cola, es decir, en la zona de descenso. Ahora bien, sigue sin ganar, que no es tan preocupante como ser de los peores equipos de la categoría pero puede serlo de perpetuar esa costumbre. Para crecer también hay que afrontar, y superar, retos nuevos, desconocidos. En el caso del Betis, perder los dos primeros encuentros de Liga era una desgracia inédita, algo que no le había ocurrido nunca al mando de Pepe Mel, y reaccionó con su peor actuación en bastante tiempo. Peor que en la ida europea ante el Jablonec, sí, porque allí al menos generó suficiente fútbol para disfrutar (y fallar) varias ocasiones de gol. En Cornellá-El Prat, un campo donde los béticos emigrantes aún no han tenido la dicha de cantar un gol, no hubo ni ocasiones ni fútbol. Nada de nada, sólo un juego plano, ora horizontal ora con balonazos a Cedrick, insulso, inútil para ganar aunque sí para lograr el primer punto de la temporada.
Quizás no fue el mejor premio posible, pero sí el más justo para esta versión aburrida y mediocre de un equipo que aspira al toque, la verticalidad y la alegría ofensiva. Ytambién es el premio más necesario, porque enlazar tres jornadas en blanco con un parón de dos semanas por delante y la visita del Valencia en el horizonte habría sido demasiado temerario. Pero de este primer tramo de competición sale el conjunto de Mel con varios focos de incertidumbre, demasiados para el poco recorrido que tiene aún la temporada. Rubén Castro aparte, la gran incógnita es esta discontinuidad en su rendimiento. Muy bien en el Bernabéu, muy mal en Chequia, bien ante el Celta, muy bien contra el Jablonec, bastante mal con el Espanyol... No hay manera de que este nuevo Betis, que ayer acabó con cero supervivientes del ascenso en el césped, enlace dos actuaciones consecutivas a un nivel similar. Que las rotaciones son la causa, quién sabe. Que lo es la rutina de dos choques a la semana, otro reto desconocido para muchos futbolistas, quién sabe. Que lo es la inseguridad que provocan las derrotas, quién sabe. El míster conocerá la respuesta. Ymientras, mejor un punto de nueve que ninguno, pero qué duro está siendo para el Betis que le salgan los dientes. Ayer fue el primero...
