Economía

¿Qué falla para tener tan baja productividad?

Poca inversión tecnológica y un capital humano formado, las mayores carencias

el 05 nov 2011 / 20:52 h.

La inversión en capital humano, a través de la formación, es determinante para aumentar la productividad. / javier díaz

La productividad, que no es más que la relación que mide lo que se produce y los recursos que se emplean para producirlo, es una de las asignaturas que Andalucía tiene pendiente desde hace años. Con el estallido de la crisis económica, el índice que mide la productividad favoreció tanto a España como a la comunidad andaluza, pero sin dejar de ser un espejismo. Progresaba a costa de una drástica reducción de empleo, pero no por la mejora en los factores de producción.

¿Por qué esta situación afecta más a Andalucía que a otras regiones? ¿Qué es necesario cambiar y qué hay que potenciar? Son algunas de las cuestiones que el Consejo Económico y Social de Andalucía (CES-A) pone sobre la mesa como brindis a la reflexión y que incluye en el Informe sobre la Situación Socioeconómica de Andalucía 2010 que anualmente elabora la institución y que esta semana entregó al presidente de la Junta, José Antonio Griñán.

Como indica el estudio, no es cuestión de cambiar radicalmente el modelo productivo sobre el que se ha sustentado el crecimiento, sino de "hacer mejor lo que ya producimos". Explotemos aquello en lo que somos buenos, podría resumirse, frente a quienes creen que el problema de Andalucía estriba en su especialización en sectores de baja productividad.
En esta línea, el estudio cita a Javier Andrés y Javier Escribá (2011), quienes se centran precisamente en la necesidad de que "cada región produzca más eficientemente aquello para lo que tiene una ventaja adquirida". Y van más allá al señalar que los cambios fundamentales que deben acometerse para que la economía recupere su senda de crecimiento son la educación, el mercado de trabajo, los mecanismos de financiación que reduzcan el peso del crédito bancario e incentivos para aumentar el tamaño medio de las empresas.

Regresemos a Andalucía y a su falta de productividad. El estudio precisa que el crecimiento que había experimentado la economía andaluza desde finales de los 90 hasta 2007 tuvo como única fuente el incremento de la tasa de ocupación. Mientras tanto, su tasa de crecimiento de la productividad del trabajo fue inferior a la media española hasta el punto de registrar una tasa negativa. ¿Por qué? Marchante y Ortega (2007) explican que el origen de este déficit puede hallarse en la "insuficiente inversión en capital tecnológico, en las características de la especialización productiva regional y en el proceso de sustitución de trabajadores fijos por temporales".

A esta última cuestión, sobre la que existe un amplio consenso, se le ha intentado poner freno con las reformas en el mercado laboral, aunque como muestran las últimas estadísticas de paro que arrojan destrucción de contratos indefinidos y aumento de la tasa de temporalidad, es un objetivo que aún está por alcanzar.

No hay que olvidar que para que la productividad mejore hace falta contar con capital tecnológico (esto es, inversión en el sector TIC), un elevado nivel de capital humano (resulta básica la educación y la formación profesional actualizada), que la innovación se convierta en la razón de ser de las empresas y contar con un marco de relaciones laborales que garantice la competitividad. El desfase más "notorio" de la comunidad está en el capital tecnológico, sobre todo por la falta de inversiones en I+D del sector privado. Tampoco hay que olvidar que a partir de 1995 el crecimiento de la productividad en Andalucía se sustentó en el aumento del empleo en los sectores menos productivos como la construcción.

Los costes laborales son otro factor a tener en cuenta. En 2007 el crecimiento de los asalariados comenzó a ralentizarse para volverse negativo en 2008. La remuneración registró una tasa negativa en 2009, aunque, al caer menos que la cifra de trabajadores, mantuvo un crecimiento positivo en los últimos tres años, algo superior en la comunidad.
El CES-A se hace eco de un informe de Bruselas que enfatiza que las regiones que han recibido más ayudas para I+D en los últimos diez años continúan en el furgón de cola, por lo que insta a ejercer un mayor control sobre la distribución de esos fondos.

De la evolución de la economía española y andaluza se extrae que su modelo "no ha tenido como motor de crecimiento la mejora de la productividad, sino el incremento de horas de trabajo para producir el mismo valor".

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