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¿Qué hay que pensar para elegir colegio?

Más de 18.000 familias sevillanas buscan desde mañana una plaza en la escuela para sus hijos de 3 años que se estrenan en segundo ciclo de Infantil

el 01 mar 2014 / 23:30 h.

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INICIO CURSO ESCOLAR¿En qué piensan las familias a la hora de elegir el colegio de sus hijos? El criterio más conservador, y en realidad el más razonable, es la cercanía al domicilio. Por pura lógica de conciliación familiar, éste y el que haya hermanos ya escolarizados en un centro es el criterio que prima la Administración educativa cuando debe decidir quién entra y quién no, o sea, cuando la demanda rebasa a la oferta de plazas, algo que no es habitual ni en el conjunto de Andalucía ni en la provincia de Sevilla, pero que sucede en un puñado de escuelas concertadas y públicas de la capital, sobre todo en los distritos Casco Antiguo, Nervión y Triana-Los Remedios. Mañana se abre el proceso de escolarización para el curso que viene, al que concurren previsiblemente unas 18.000 familias con sus hijos de 3 años (segundo ciclo de Infantil), apuntan fuentes de la Consejería de Educación.

Si se repite la tendencia de años anteriores, el próximo 22 de abril nueve de cada diez familias ya sabrá en qué colegio estudiará su hijo, y toda esta compleja historia de la matriculación terminará ahí. En la mayoría de los casos sobran plazas en los colegios, Educación planifica el proceso con un colchón holgado de entre el 10 y el 20% de plazas más de las necesarias (atendiendo al censo de natalidad de hace tres años). De modo que no es preciso utilizar el baremo para ver quién tiene más puntos para entrar, porque casi todos entran en la escuela que han elegido. Ese día las escuelas publican en su tablón de anuncios la primera relación de solicitantes, y a escala provincial, la lista ya no variará mucho: en torno al 90% logra la plaza en el colegio que han elegido como primera opción.

Pero esa es una realidad a vista de pájaro, en Sevilla capital es muy distinto. Aquí, dependiendo del barrio, el porcentaje puede llegar a caer incluso 20 puntos, quedando fuera cientos de niños de la primera escuela que habían seleccionado sus padres, lo cual provoca frustración, cabreo y, en última instancia, que unos padres se denuncien a otros por falsificar datos en sus matrículas. Cuando una familia no obtiene plaza en la primera escuela que ha elegido (y si no se conforma con la segunda o la tercera opción), el proceso de escolarización se convierte en algo agotador que puede dilatarse casi tres meses: primero se abre un periodo de alegaciones de diez días, en el que los padres muestran su disconformidad porque su hijo tiene menos puntos de los que, en su opinión, debiera tener para optar a la plaza.

Después de las alegaciones, se vuelve a colgar la lista en el tablón de los aspirantes, en orden decreciente, los que tienen más puntos y los que tienen menos. En muchos colegios habrá empates, y la consejería tendrá que sortear las plazas (esto ocurrirá el 14 de mayo). La relación definitiva de admitidos y excluidos saldrá el 20 de mayo. Luego ya sólo queda formalizar la matrícula, aunque muchas familias aún seguirán disconformes con el resultado, y acudirán a los tribunales para denunciar fraude escolar y exigir que la plaza del niño de al lado le corresponde en realidad a su hijo. A veces estas situaciones degeneran en duros enfrentamientos entre padres, unos se investigan a otros para saber si cumplen los requisitos que rellenaron en su solicitud, y en ocasiones acaban en los tribunales donde los jueces expulsan al niño denunciado o le mantienen en el colegio hasta que resuelven la investigación (lo cual dura unos años y al final también puede resolverse con la traumática expulsión del crío).

Hace ya tres años que el índice de fraude escolar ha decrecido, desde que la Consejería de Educación habilitó un sistema para que las familias, en lugar de proporcionar sus datos personales, autorizaban a la administración para obtenerlos por su cuenta en los registros oficiales (empadronamiento, nivel de renta, grado de discapacidad...).

Para entender cómo funciona la escolarización, es preciso tener en cuenta dónde empieza y acaba el derecho de unos padres a elegir el colegio de sus hijos. Esa garantía existe, claro, pero está condicionada por la ley de la oferta y la demanda. A priori, cualquier familia tiene derecho a pedir plaza en cualquier colegio, lo tenga cerca o lejos, aunque luego, si un centro registra más solicitudes que plazas, será el baremo de escolarización el que determine quién entra y quién no. Ese baremo, el mismo desde 2011, prima tener hermanos y padres en el centro, la cercanía al domicilio familiar, luego al domicilio laboral, la proximidad de la zona, el nivel de renta, si el alumno sufre alguna discapacidad, pertenecer a una familia numerosa o monoparental.

Para facilitar las cosas, Educación ha creado este año una aplicación para smartphones (iEscolariza) que los padres pueden descargarse de forma gratuita y que permite realizar consultas de centros, y ver los puntos del baremo por domicilio. También recibirán notificaciones en el móvil tanto del procedimiento (fechas clave, pasos a seguir...) como del estado de su solicitud. La número dos de la consejería avanzó esta semana que algunas zonas de escolarización habían visto modificado sus límites, pero no aclaró si esto ocurrirá en Sevilla.

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