Economía

¿Qué hay tras las siglas MAB?

Tras el escándalo del ‘caso Gowex’, las dudas contables sobre Carbures vuelven a poner el foco sobre el Mercado Alternativo Bursátil.

el 12 oct 2014 / 12:00 h.

TAGS:

¿Recuerdan a Pocoyó, el personaje de dibujos animados? Pues la productora que lo creó, Zinkia, fue la primera empresa que empezó a cotizar en el MAB, el Mercado Alternativo Bursátil, en julio de 2009. (Ahora está en concurso de acreedores, pero ésa es otra historia). Imaginarium le siguió los pasos el 1 de diciembre de ese mismo año. Y a día de hoy el registro de empresas presentes se eleva hasta las 24, con alguna en liquidación y varias en concurso. Sus siglas se situaron en el primer plano de la actualidad a raíz del escándalo de Gowex, la empresa que ofrecía wifi gratuito, y que acabó reconociendo que detrás de sus cuentas solo había humo. Un fraude en toda regla. Pocoyó, el personaje de dibujos animados de Zinkia. / EFE Pocoyó, el personaje de dibujos animados de Zinkia. / EFE Esta misma semana, salvando las distancias respecto al caso Gowex, la empresa andaluza Carbures, que también cotiza en este mercado, ha protagonizado un nuevo sobresalto, al expresar la auditora PricewaterhouseCoopers «dudas» sobre unos apuntes contables. Dejando al margen que las únicas similitudes en ambos casos hasta el momento estriban en que las anomalías han partido de discrepancias de las auditoras con sus contabilidades y que se trata de los «dos casos de éxito» por la fulgurante evolución de las acciones de sendas compañías, lo cierto es que supone un varapalo para una plataforma joven, como es el MAB, con apenas unos años de existencia. ¿Pero qué hay detrás de estas siglas? Pues hay un mercado –que también tutela Bolsas y Mercados Españoles (BME)– que empezó dando cabida, en el año 2006, a la cotización de las famosas sicavs (sociedades de inversión colectiva). En 2007 incorporó la negociación de entidades de capital riesgo, así como las denominadas sociedades de inversión libre, y desde finales de 2013 incluyó las llamadas socimis o sociedades con activos inmobiliarios. Sin embargo, la parte tal vez más conocida es el capítulo reservado a las empresas en expansión. Es decir, es una bolsa diseñada a la medida de pequeñas y medianas empresas como fórmula alternativa a las tradicionales para captar financiación, y hacerlo sin que ésta le genere deuda, sino que el inversor se convierte en socio de la misma y recibe su recompensa bien a través de los dividendos que genere o bien por la venta con plusvalías de sus acciones, explica el profesor del área de Finanzas del Instituto Internacional San Telmo Miguel Soto. Toque de Campana de Gowex, Jenaro García La fórmula es la ampliación de capital bien al entrar a cotizar o un poco más adelante, con la que obtener recursos (liquidez) para sacar adelante el plan de negocio o de expansión. No hay sectores específicos, sino un poco de todo: desde un medio de comunicación como Grupo Secuoya hasta una empresa centrada en la investigación del Alzheimer, la granadina Neuron Bio. Tecnología, internet, productos farmacéuticos, electrónica, ingeniería... no hay límites de sectores. Aquí caben dos tipos de perfiles de inversor: el que quiere apoyar estas iniciativas empresariales por el interés en el proyecto en sí y quien ve en ellos una oportunidad de alta rentabilidad en una inversión. Ojo, avisa el profesor Soto, esa elevada variabilidad –un valor puede subir mucho pero también registrar importantes caídas– es fruto del «riesgo» que conlleva este mercado. No es un riesgo por el hecho de que las compañías sean temerarias o presenten planes de negocio inasumibles, sino que lo es porque, al tener una capitalización reducida, es mucho más fácil el vaivén en el precio de una acción, además de que «una empresa en crecimiento tiene más riesgo que invertir, por ejemplo, en una consolidada como Telefónica», abunda. Por eso aconseja al inversor particular diversificar su cartera y no jugárselo todo a una carta. Es más, señala, se trata de «apuestas a largo plazo; no es normal que quien se meta pretenda salir al mes siguiente», precisa, sobre todo, porque puede ser difícil encontrar comprador. A juicio de Soto, el caso Gowex y ahora las dudas de Carbures, los «dos grandes éxitos» del MAB, pueden tener un efecto contagio sobre el resto de valores cotizados –ya ocurrió tras Gowex, cuando Carbures perdió más de un tercio de su valor–, pero el profesor de Finanzas apuesta por desdramatizar. «No estamos acostumbrados a este tipo de mercados, pero en el Reino Unido (AIM) y otros países como Francia o Estados Unidos es absolutamente normal. No será la primera vez ni la última que un oportunista trate de aprovecharse de la situación». Claro que, reconoce, «los mercados son pura confianza y una vez que uno la pierde...» De hecho, si hay que hacerle alguna crítica al MAB ésta sería «la falta de masa crítica, necesita de más empresas cotizando». Valga como ejemplo que la suma de las colocaciones de empresas «estará entre los 150 o 200 millones de euros», una cifra poco significativa. Y Carbures también tocó la campana del MAB. / EL CORREO Y Carbures también tocó la campana del MAB. / EL CORREO Mariví Herrera es socia directora general de Abante Asesores, una de las 26 empresas que están certificadas por BME para actuar como «asesores registrados». ¿Y eso qué es? Las empresas que quieren entrar a cotizar en el MABnecesitan ir de la mano de uno de esos asesores, que tienen como misión cerciorarse de que los solicitantes cumplen los requisitos –ver explicaciones anexas– y acompañarles en el proceso. Su conclusión es clara: pese a todo, hacen falta mercados como el MAB. A TENER EN CUENTA Para entrar... Tienen que cumplir varios requisitos. Han de ser sociedades anónimas, tener el capital social totalmente desembolsado, sus acciones deben tener libre transmisibilidad y comercializar productos o servicios. Han de estar regidas bajo las normas contables nacionales o las internacionales de información financiera (NIIF) y tener un asesor registrado y proveedor de liquidez (pueden ser bancos o agencias de valores). El proceso... La empresa tendrá que tomar los acuerdos sociales para su incorporación. El asesor registrado revisará la situación de la empresa con una due diligence y diseñar la operación. Presentará ante el MAB la documentación y el Documento Informativo, que recogerá información detallada de la compañía, su negocio y perspectivas. Entonces, el MAB evaluará la solicitud y acordará la incorporación. El proceso puede durar entre tres y seis meses. Se valora... Es fundamental contar con un modelo de negocio sostenible a medio y largo plazo y que se traten de empresas auditadas «para que no sea humo» lo que haya detrás de las mismas. Existe otro problema añadido, explica Mariví Herrera, socia directora general de Abante Asesores, y es la «guerra de precios» entre asesores registrados, lo que puede poner en cuestión que se ahonde lo necesario en el estudio de la compañía para tener garantías. Necesario... Es contar con un mercado adaptado al tamaño de las pequeñas y medianas empresas. Reconoce Mariví Herrera los «daños colaterales» que producen fraudes como el de Gowex, pero pide no criminalizar a las empresas que coticen en el MAB y que de otra manera no hubieran conseguido la liquidez necesaria para desarrollar sus proyectos. Falta conocer más este tipo de mercados y normalizar su funcionamiento como alternativa de financiación.

  • 1