Economía

Qué meter en una aceituna para gustar

De lo complicado, los múltiples rellenos de la aceituna, en la que meten desde queso hasta salmón, a lo sencillo, altramuces con destino a los países árabes y sucedáneos de miel para Marruecos. Productos hechos en Sevilla y cuanto menos raros al gusto de los españoles triunfan en el extranjero.

el 14 sep 2009 / 21:13 h.

De lo complicado, los múltiples rellenos de la aceituna, en la que meten desde queso hasta salmón, a lo sencillo, altramuces con destino a los países árabes y sucedáneos de miel para Marruecos. Productos hechos en Sevilla y cuanto menos raros al gusto de los españoles triunfan en el extranjero.

En la variedad está el gusto, pero alguna que otra variedad difícilmente casa con el gusto de los españoles. Cóctel explosivo: mermelada de cebolla y aceituna rellena de ajos, huyan del aliento.

No son extravagancias, sino formas de adaptarse a los mercados exteriores, dice Miguel Ángel Jiménez, director de Exportaciones de la asociación empresarial agroalimentaria Lándaluz, que preside Manuel Jurado.

Productos cuanto menos raros aquí pueden tener un gran éxito en otros muchos países, agrega. "Donde menos te lo esperas, puede saltar la liebre, la cuestión es estudiar la gastronomía de allí, ver qué quiere, satisfacer su demanda".

¿Que la quieren con jamón? Pues ahí está la envasadora sevillana Jolca, que rellena sus aceitunas con el pata negra. ¿Qué la quieren con cebolla? Allí que aparece la cooperativa de segundo grado Agro Sevilla. ¿Qué la quieren con limón? La nazarena Sadrym las tiene. ¿Qué las quieren con avellanas? Las vende el grupo Ángel Camacho, de Morón de la Frontera.

La anchoa y el pimiento fueron los primeros, y ya históricos, rellenos en la aceituna de mesa, pero ahora son variopintos. Junto a los citados, se incorporan ajo, jalapeño, naranja, pimiento picante, almendras, alcaparras, cebollitas, piri-piri, salmón, atún, queso normal y queso azul, e incluso combinaciones entre algunos de estos productos. Conforman, así, una amplísima gama, muy sujeta, por otro lado, a la copia.

¿Y quién come aceitunas rellenas de ajos o cebollas? Paladares fuertes, comenta Jiménez, tales como los rusos y los nórdicos, quizás sea por los fríos, para tener la boca caliente, o al menos picante.

De lo complicado, a lo sencillo, todo es cuestión de buscar su nicho de mercado. La empresa Hermabar, ubicada en la localidad sevillana de Paradas y cuya principal marca es Saladitos, lleva sus altramuces a varios países europeos y, sobre todo, árabes y, comenta el directivo de Lándaluz, "ha cosechado mucho éxito en todas las ferias a las que ha acudido, sobre todo a la alimentaria de Anuga, en Colonia (Alemania).

No hay nada más rústico que un altramuz, y fíjense el recorrido internacional del que puede llegar a gozar. "Como aquí, en Holanda y Alemania ya comienza a demandarse como un aperitivo más a la hora de beber cerveza", relata Miguel Ángel Jiménez.

A los snacks se dedica también la alcalareña Salysol. Quizás por este nombre no les suene, quizás si se fijan en las máquinas de latas de aperitivos que hay en muchos bares y minibares de hoteles, sí.

Salysol exporta a todo el mundo no sólo sus treinta referencias de minibar (desde los típicos cacahuetes hasta los dulces de goma, pasando por maíces con chocolates y garrapiñadas, sino también las máquinas que dispensan las latas, ésas con ranura para la moneda, media vuelta a una manivela y aquí llegan los pistachos.

Desde Espartinas, la empresa familiar Andaluza de Mieles, que tiene en Doray su marca estrella, elabora una gran variedad de mieles, pero también un sirope destinado a clientes industriales y a países con menor poder adquisitivo, como Marruecos, donde se utiliza como sucedáneo. Las mayores ventas, en el Ramadán, al utilizarse como sustitutivo de la miel en los dulces típicos que marcan el final del largo periodo de ayuno de los musulmanes.

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