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Que viene el lobo... otra vez

El Betis se empeña en despeñarse y llegará el momento en que tanto tropiezo lo lleve a caerse de verdad. En la segunda vuelta, 7 de 24.

el 17 mar 2012 / 23:55 h.

Rubén Castro ve cómo Arribas se le anticipa.
Hay un lobo cuyos aullidos vuelven a oírse en Heliópolis. El lobo es el descenso, claro. Y en Heliópolis mora un equipo al que el miedo, los nervios y una irregularidad fuera de toda lógica llevarán de cabeza a la madriguera del animal como no salde su doble cita casera de la semana entrante con un cuatro de seis o un seis de seis. El Betis, el conjunto con más caras del mundo, que lo mismo planta cara al Real Madrid que hace el ridículo en Vallecas, sigue tirando a la basura las oportunidades que esta Liga mediocre le regala para huir de la batalla final por la permanencia, pero las cosas rara vez ocurren por casualidad. Y si la escuadra de Pepe Mel es quinta por la cola, empalma derrota tras derrota y suma 7 de 24 en la segunda vuelta, por algo será. ¿Cómo de malo hay que ser para ir decimosexto en esta Liga tan floja? La respuesta, sí, es sencilla y dolorosa.

Competir contra el líder, marcarle un par de golitos, perder y enarbolar la bandera del orgullo ante la derrota queda muy bonito, proporciona un hueco en los telediarios nacionales y por lo visto da mucho de esa entelequia llamada respeto. A día de hoy, a no ser que la FIFA haya cambiado el reglamento, el respeto no da ningún punto en un partido de fútbol. El orgullo, tampoco. Las victorias morales no existen. El orgullo y el respeto son los instrumentos, no el fin. El orgullo y el respeto se ganan en cada segundo de cada partido, pero los futbolistas del Betis sólo lo hacen muy de vez en cuando, a trompicones. En Vallecas no ocurrió. Allí sólo ofrecieron vergüenza y descrédito.

Mel es el primero que debe recapacitar. Perder se puede perder, cómo no, pero hasta los benjamines del Betis sabían cómo iba a jugar el Levante y qué tipo de partido iba a preparar el Rayo. Aun así, 3-1 y 3-0. Y ahora, ¿qué? ¿Otra vez ocho cambios en la alineación para recuperar el espíritu perdido? Las preguntas y las dudas vuelven a agolparse a la puerta de este Betis suicida que se empeña en despeñarse como si no supiese que allí abajo, al fondo del precipicio, le espera amenazante, paciente, hambriento, el lobo feroz del descenso a Segunda.

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