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Quedarse a vivir la crisis

"En los 70 no era como ahora, con todo eso de los papeles: si tenías dinero te movías con facilidad. Los primeros que nos instalábamos por Málaga o Algeciras hablábamos bien español. Teníamos una cultura más cercana a España que a Marruecos", recuerda un inmigrante marroquí.

el 16 sep 2009 / 05:55 h.

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Pepe Barahona

"En los 70 no era como ahora, con todo eso de los papeles: si tenías dinero te movías con facilidad. Los primeros que nos instalábamos por Málaga o Algeciras hablábamos bien español. Teníamos una cultura más cercana a España que a Marruecos", recuerda un inmigrante marroquí.

Mokhtar Mohatar abandonó Marruecos para vivir en España. En su historia se refleja el cambio que ha sufrido la comunidad marroquí en las últimas décadas. Desde que llegó a Andalucía ha visto cómo los emigrados marroquíes han ido cambiando, adaptándose a los tiempos, a las crisis y cómo han encajado golpes como la regularización sufrida en el año 1985.

El perfil actual de los inmigrantes marroquíes que eligen Andalucía como destino es una población eminentemente masculina, entre 30 y 50 años, que proceden principalmente de ciudades del norte de Marruecos -Tánger, Tetuán o Nador- y que se concentran sobre todo en la Costa del Sol. Así lo refleja el estudio Marroquíes en Andalucía. Dinámicas migratorias y condiciones de vida. Estudio realizado por el Centro de Estudios Andaluces, dirigido por el doctor en Antropología Social especializado en el fenómeno migratorio marroquí, Mohatar Marzok. El informe se ha realizado mediante 1.514 encuestas -redactadas en dariya (dialecto árabe marroquí)- en un total de 42 municipios.

En los últimos 10 años se ha observado un continuo crecimiento de la población inmigrante marroquí en Andalucía, llegando a las 92.712 personas en enero de 2008, el segundo colectivo asentado en la comunidad autónoma después de los ciudadanos del Reino Unido. Tras Cataluña y Madrid, Andalucía se perfila como destino preferente. En el último año se está registrando una "importante" movilidad de los inmigrantes residentes en todo el país hacia la comunidad andaluza con el objetivo de encontrar un empleo en las campañas agrícolas, ante la incertidumbre del sector de la construcción.

Según señala el estudio, el 68% de los inmigrantes posee una "escasa cualificación profesional y un bajo dominio del castellano", lo que los ha convertido en una de las principales víctimas de la crisis. A pesar de estas dificultades, el estudio destaca que los residentes marroquíes "rechazan la posibilidad de retornar" y prefieren "aguantar" a que se pase la recesión económica. Esta actitud reticente frente al retorno, según el informe, muestra que "el carácter aventurero, improvisado e itinerante de los inmigrantes marroquíes es mucho menor de lo que se puede pensar inicialmente y en contra de las imágenes de las pateras". Una parte importante de los que llegan lo hace con un proyecto de futuro, sabiendo "dónde van y a qué van, contando con unas redes sociales para su partida y también para su instalación", asegura. El 10% de la población marroquí que vive en Andalucía es irregular. En este sentido, el informe advierte de que "no compensa emigrar de forma irregular". Frente a los 300 euros que supone el coste de los permisos o contrato de trabajo, emigrar de forma indocumentada cuesta entre 4.000 y 11.000 euros.

La reagrupación familiar es una de las características de esta comunidad. De hecho, el 25% de los inmigrantes ya contaban con un hermano residente en Andalucía y, aproximadamente, el 60% financia su viaje a través de ahorros familiares. Las dificultades económicas están variando el patrón de comportamiento. Algunos inmigrantes están optando por pasar del modelo tradicional de migración familiar a una individualizada. "Se está dando cada vez más casos en los que el cabeza de familia se queda en España mientras que el resto vuelve a su región de origen, donde reciben puntualmente manutención", concluye.

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