"Le dijeron que iba en misión humanitaria y le llevaron a una guerra". Era el lamento de Concepción López, la abuela de cabo fallecido ayer en Afganistán, ante los periodistas.
Y es que esta nueva tragedia ha dado más fuerza al debate sobre el papel que las tropas españolas juegan en la misión humanitaria en Afganistán, en el mismo momento en el que también el resto de países que participan en la misión se están planteando si es mejor retirar su tropas del país asiático o dejarlas allí.
Precisamente ayer, el presidente de EEUU, Barack Obama, se reunió con sus colaboradores y con mandos militares para evaluar la situación afgana, donde las recientes elecciones presidenciales levantaron una nueva ola de violencia pese a la presencia internacional.
Paralelamente, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, pedía más recursos humanos y financieros a las fuerzas de la Alianza para la misión de entrenamiento de las fuerzas de seguridad afganas.
A la vez, en España, el Congreso ponía fecha a su debate sobre la propuesta de IU de retirar las tropas en 2010 y CiU instaba al Gobierno a una "indispensable" revisión de la estrategia en Afganistán y a reconocer que la situación que se vive en aquel país es de guerra, un término que también fue utilizado por el presidente del PP, Mariano Rajoy.
Precisamente, el reproche que más ha tenido que oír la ministra Carme Chacón desde que llegó al cargo es que el Ejecutivo para el que trabaja denomina "misión de paz" a una operación en la que hace apenas un mes los soldados españoles participaron en un combate de seis horas y en el que murieron 13 insurgentes. El último repunte de la violencia, en cualquier caso, ha obligado a plantearse una evaluación de la misión.
