La Asociación de Mujeres Gitanas Universitarias, Amuradi, estaba organizando ya antes de la comunicación del Gobierno una protesta el próximo martes a mediodía, a las puertas del Ayuntamiento, para exigir atención ante la durísima situación en la que viven estas personas.
El lugar no es baladí, porque el problema de los chabolistas es un conflicto heredado desde que estas mismas familias vivían en un asentamiento de chozas en Los Bermejales, y fueron desalojados hace cinco años. El Ayuntamiento pagó a cada familia 42.000 euros para que se fueran, porque una constructora estaba pendiente de levantar casas en este terreno, y no se les hizo ningún seguimiento social. Así que aunque todos habían firmado no asentarse en el Polígono Sur por ser una zona ya muy castigada, fue exactamente eso lo que hizo la mayoría. Casi todos eran analfabetos y firmaron con una cruz ese documento.
A pesar de todo, van a dar una oportunidad al Consistorio. Aguardan con cierta esperanza la visita que el primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, ha anunciado que hará al asentamiento mañana por la mañana. "Veremos qué nos dice", confiaba Ángel. El propio Torrijos ya emitió un comunicado hace dos semanas en el que criticaba la actuación municipal de entonces y exigía que se retome el proyecto que su partido, IU, redactó para tratar de solucionar su situación y, de paso, la del resto de los casos de chabolismo de Sevilla. El programa pasaba por la creación de una ciudad de tránsito en la que pudieran mejorar sus habilidades sociales de cara a un futuro realojo.
