Deportes

Queja formal por el trato a la afición

El Sevilla ha decidido trasladar su malestar al consulado español de Rotterdam para que éste, a su vez, lo ponga en conocimiento de las autoridades locales. Todos los sevillistas regresaron a casa.

el 29 nov 2014 / 10:48 h.

SEVILLA FC 14-15 José María del Nido Carrasco y José Castro, ayer, en el aeropuerto de Rotterdam antes de coger el avión de regreso a Sevilla. / Foto: Manuel Gómez La noche del jueves 27 de noviembre en Rotterdam fue larga, muy larga. El decepcionante papel del equipo, quedando obligado a jugarse el pase a la siguiente ronda ante el Rijeka, fue incluso eclipsado por lo ocurrido con los aficionados desplazados a tierras holandesas. Las caras hablaban por sí solas incluso en el vuelo de regreso a la capital hispalense. Una vez finalizado el encuentro, el presidente José Castro y el vicepresidente José María del Nido Carrasco llegaron al hotel de concentración tras visitar la comisaría en la que 110 aficionados sevillistas habían sido retenidos por la policía holandesa. En el hotel esperaban los otros consejeros que viajaron con el equipo. Allí, reunidos todos, decidieron las medidas a tomar en relación a este delicado asunto que sigue coleando. En realidad, la primera medida se tomó en el mismo estadio, cuando Castro y Del Nido decidieron abandonarlo para personarse en la comisaría de Veilingweg, al norte de la ciudad. Allí, tal como ellos mismos explicaron, la policía holandesa les impidió interceder, ya que los aficionados se encontraban retenidos y no detenidos, por lo que no necesitaban la asistencia de abogados. Pese a ello, presidente y vicepresidente se quedaron allí a la espera de que fuesen puestos en libertad. Entradas y armas Muchos de los seguidores retenidos habían sido interceptados en el puente Van Brienenoordbrug. Según la policía holandesa y fuentes consultadas por este periódico, en los autobuses que los transportaban hacia Rotterdam había bolsas con armas en su interior. La policía tenía noticias de la llegada de este grupo de aficionados. Algunos de ellos volaron desde tierras españolas hasta Amstedarm, Charleroi e incluso hubo quien hizo el viaje completo desde Sevilla a Rotterdam en autobús. También hay constancia de que todos estos aficionado tenían en su poder localidades para presenciar el partido, a pesar de que la entidad nervionense había anunciado que, por razones de seguridad, no vendería a nadie que no viajase con la expedición oficial. Dichas localidades fueron adquiridas a través de contactos en Amsterdam y otras ciudades. Al impedirles la policía asistir al encuentro, los seguidores reclamaron el importe de las localidades (39 euros), petición que fue denegada por la policía. Ésta, además, les exigió el pago de 50 euros a modo de sanción administrativa para poner fin a su retención –justificada en “prohibición de reunión”– en la comisaría de Veilingweg. Los aficionados abonaron el citado importe y posteriormente fueron conducidos hasta Hazeldonk, punto fronterizo con Bélgica. Todos regresaron a casa tras ser puestos en libertad. Hasta la madrugada Al filo de la medianoche, Castro y Del Nido decidieron ofrecer una explicación oficial de lo ocurrido. “Queremos pedir perdón por si nuestras decisiones han contribuido a esta situación, pero en cuanto supimos lo que pasaba nos marchamos del estadio, incluso antes de acabar el partido. Espero que no vuelva a suceder”, indicó Castro. “No nos fuimos de la comisaría hasta que vimos a los tres autobuses de sevillistas salir escoltados”, dijo Del Nido. El final de su comparecencia ante los enviados especiales no fue el fin del día. La noche fue larga porque el asunto afectó a los dirigentes. Charlas en uno de los salones del hotel, en una de las puertas de acceso a la calle... Lo ocurrido les pesaba. Queja formal Según ha podido saber El Decano, el Sevilla va a presentar una queja formal ante el consulado de España en Rotterdam para que éste, a su vez, traslade el malestar de la entidad a las autoridades holandesas por lo que considera un trato injusto a sus seguidores en general con motivo del encuentro.

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