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"Queremos justicia, no venganza"

La familia de la norteamericana descuartizada en el Tiro de Línea llega a Sevilla para asistir a su entierro.

el 21 sep 2010 / 19:59 h.

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Los padres y el hermano de la norteamericana residente en Sevilla, recién llegados de Florida.

"Referirse a él como un joven sevillano es un error, porque es un monstruo". Visiblemente afectada pero con voz firme, Sandra Cerna se refirió ayer así al presunto asesino de su hija, el hombre que está acusado no sólo de matarla sino de descuartizar su cadáver y después tirarlo al río. Sandra ha llegado de Florida con su marido y su hijo, ambos de nombre Tomas, para asistir al entierro de su hija, que tendrá lugar mañana en el cementerio de San Fernando. Porque Laura Cerna Baird, de 49 años, era norteamericana pero se va a enterrar en Sevilla porque "adoraba esta ciudad" hasta el punto de considerarla como la suya. "Sevilla es mi hogar ahora", le dijo a sus padres cuando los visitó en EEUU hace ahora un año. "Eso me dio mucha paz", recordó ayer su madre.

Sandra Cerna también negó que su hija conociera a Antonio G.S., el hombre de 30 años que presuntamente la mató en el Tiro de Línea. El viernes intentarán ver al "monstruo" en los Juzgados, donde tendrá lugar la comparecencia prevista en la Ley del Jurado, por la que se tramitará la causa. "Queremos justicia, no venganza", señaló su hermano Tomas a los periodistas, a los que reclamó que se conviertan en "la voz" de Laura.

La escena tuvo lugar en la Plaza Nueva de pura casualidad. La familia iba rumbo a los juzgados para cerrar los últimos trámites justo cuando el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, se disponía a informar sobre los detalles del cierre del Centro al tráfico. Al saber de la circunstancia pidieron hablar con el regidor, que retrasó unos minutos el acto para poder atenderlos en plena calle, donde le enseñaron fotos de su hija, a la que describieron como una mujer "alegre, feliz y llena de vida" que llevaba varios años viviendo con su hijo en Sevilla, donde trabajaba como profesora de inglés. De esta manera se desahogaron y también le transmitieron al alcalde que no le guardan rencor a la ciudad en la que Laura fue "muy feliz".

La familia se mostró también dolida al saber que se llegó a afirmar que nadie había reclamado el cadáver de Laura. Sandra Cerna explicó que necesitaron cierto tiempo para preparar el viaje porque "no somos personas ricas" y no tienen recursos para pasar muchos días fuera de EEUU, de ahí que no hayan emprendido viaje hasta que les confirmaron que "todos los datos y detalles" judiciales se habían completado.

El juez ya ha dado el oportuno permiso, con lo que la familia se hizo cargo del cuerpo ayer mismo y el entierro será la mañana del jueves. Al igual que el hijo de Laura, sus padres y hermanos también se van a personar como acusación particular, y ayer su abogado, José Estanislao López, ya anunciaba que se opondrá a la petición de libertad que ya ha hecho Antonio G.S., que está encarcelado desde su detención el pasado 7 de septiembre.

Laura estuvo casada con un ciudadano español, del que acabó divorciándose. Su madre, Sandra, es de origen cubano, mientras que su padre Tomas es descendiente de nicaragüenses. Tras vivir en Nueva York acabaron mudándose a Miami al jubilarse. En EEUU se ha quedado otro hermano, demasiado afectado como para viajar a la tierra que Laura eligió para vivir porque, como insistió su madre, "Sevilla era su ciudad".

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