Antonio Garfia Cano (Sevilla, 1947) siempre ha sido trabajador por cuenta ajena y, con 64 años, se ha lanzado al mundo empresarial a través de ABR Talleres con otros 12 socios procedentes de empresas y, sobre todo, de profesiones liberales. Eso sí, su trayectoria profesional ha estado siempre vinculada al motor, lo que le ha llevado a elegir con minuciosidad el lugar donde debían ubicarse las instalaciones para conquistar el éxito en la capital hispalense. Esta elección y la experiencia le han llevado a convertirse en referente a pesar de la juventud de la empresa.
-¿Qué balance hace de estos tres meses de recorrido?
-Muy bueno. En el taller entran 24 vehículos diarios, que es muy buena cifra teniendo en cuenta los tiempos que vivimos. Nuestra idea de negocio fue clara desde el principio: queríamos ocupar un lugar en el mercado que no tenía nadie en Sevilla capital, el situado entre los talleres tradicionales y los grandes concesionarios. En la actualidad, hay 24 personas trabajando en estas instalaciones. Tanto mi socio, Bernardino Fajardo, como yo estamos vinculados al sector desde hace más de 30 años, donde hemos trabajado en concesionarios oficiales de marcas prestigiosas. Hace dos decidimos sacar este negocio al mercado, en el que atendemos al cliente con maquinaria de última generación con la garantía y solvencia que le da un taller especializado.
-¿Qué objetivos se marca?
-Queremos ser la ciudad sanitaria del vehículo hispalense, como el Virgen del Rocío. El cliente debe saber que llegue con el problema que llegue se lo vamos a resolver. La idea es convertirnos en el médico de familia de los coches sevillanos, ser el taller de referencia y confianza en la ciudad para las familias.
-¿Qué servicios presta?
-Tenemos tanto el taller de mecánica como el de chapa y pintura. Otra de nuestras especialidades es la reparación de cajas de cambio manuales, automáticas y semiautomáticas. Este servicio es muy importante porque en Sevilla hay pocos sitios que se dediquen a ello, aunque los concesionarios sí lo hacen. Tenemos toda la maquinaria que requiere, incluido el multitronic. La idea es tocar todos los puntos del automóvil para que el cliente no tenga que acudir a otros lugares. Además, tenemos un servicio rápido de reparación.
-¿Y cuáles le hacen diferente?
-Tenemos un servicio de taxi gratuito que lleva y trae a la gente cuando tiene que dejar o recoger su coche. La idea es que pierdan el menor tiempo posible. Además, hacemos a los vehículos la pre ITV y garantizamos que la van a pasar. Incluso nos encargamos de llevarlos por un suplemento de 20 euros. En estos momentos contamos con unas instalaciones de 4.000 metros cuadrados, 2.000 de ellos dedicados al taller.
-Se lanzaron a la piscina en febrero de este año, en plena crisis. ¿Por qué?
-Es un proyecto muy meditado, porque pensamos ponerlo en marcha hace dos años. Este tiempo que hemos tardado se ha debido al especial cuidado en la selección de la ubicación y a las dimensiones del proyecto. Ha habido que hacer el diseño y las previsiones lógicas de viabilidad. Luchamos mucho por estar en terreno portuario y finalmente lo conseguimos, con la idea de estar cerca de nuestros clientes, que proceden de barrios como Los Remedios, Los Bermejales o Triana. Cuidamos que hubiera espacio para el aparcamiento sin problemas. Si bien una crisis puede dañar mucho a un sector, el de los talleres contaba con que las personas, en esta situación, están obligadas a conservar durante más tiempo su coche. Así, el proyecto nació teniendo en cuenta dos pilares: más durabilidad del vehículo y ofrecer las garantías y dimensiones que no existían en la capital hispalense.
-¿Cómo se han hecho visibles en el mercado teniendo en cuenta la competencia y la ubicación?
-Está en la vía que une la SE-30 con Los Remedios y la cornisa del Aljarafe. La experiencia en el mercado de los profesionales que trabajan aquí también ha sido fundamental, aunque la publicidad, a través de cuñas radiofónicas, ha jugado un papel esencial. No se podía esperar al boca a boca para asentarnos con firmeza y rápido en Sevilla. La idea era que se nos conociera lo antes posible, así que el boca a boca ha funcionado a través de la radio.
-Además tienen un servicio web que permite hacer las gestiones más rápido...
-Exacto. El propio cliente puede dar de alta su coche sin necesidad de esperar la cola de la recepción a través de internet. Se trata de un taller multimarca y dentro de cada una de ellas hay modelos distintos que necesitan diferentes tratamientos. Al que viene, le enseñamos hasta la cocina, cómo funciona todo. El tiempo dedicado a informar merece la pena para ambas partes.
-¿Qué perfil de cliente tiene?
-La gama que más acude a nosotros es la media, además de la alta con cierta edad.
-A pesar de que abrieron hace poco, ¿barajan nuevos proyectos o aumentos de plantilla?
-Estamos en tiempos de crisis y la evolución de la plantilla va a venir dada por las exigencias del taller. Cuando nos lanzamos, no tuvimos miedo y metimos a todo el personal necesario para que nuestros clientes estuvieran bien atendidos. Todos los trabajadores son especialistas con experiencia. Hubo muchos que trajeron los currículum cuando abrimos, aunque tuvimos que escoger.
-¿Y se plantean abrir otros talleres de estas características?
-Tenemos muy claro que si encontrásemos un sitio parecido al que tenemos en otro punto de Sevilla, con la distancia suficiente para no hacernos competencia a nosotros mismos, iríamos a por él.
-¿Cómo de bien le va? Dígamelo en números.
-Este mes de mayo vamos a superar la cifra de negocio prevista en el plan de viabilidad. En números siempre hemos sido muy conservadores. Prevemos que la inversión quede amortizada este año y que alcancemos beneficios en enero de 2012. En total, hemos invertido 1,2 millones de euros.
-A la hora de acometer la inversión, ¿han tenido problemas para financiarse?
-Había problemas para pedir créditos por la crisis financiera, pero como el negocio lo hemos puesto en marcha entre 13 socios, el 90% profesionales liberales -como abogados o auditores-, hemos contado con el capital suficiente. Ha habido mucha gente que ha creído en este proyecto.