Local

"Quien compre una prenda en nuestra tienda no la verá repetida en la calle"

La moda no era su salida profesional más directa pero fue la que eligieron las arquitectas Lourdes Pareés y Delia Pacheco a la vista de la mala situación laboral de su sector. Vestida de azul es el resultado de una apuesta que pretende traer a Sevilla tiendas del tipo de las que se pueden encontrar en ciudades cosmopolitas como Barcelona o Londres, donde prima la exclusividad y lo diferente. Entre los extranjeros que visitan la ciudad, triunfa.

el 05 ene 2013 / 22:00 h.

TAGS:

Lourdes Pareés (con pelo rizado) y Delia Pacheco (rubia) son las dos promotoras de la tienda Vestida de Azul, que abrió sus puertas en 2011.

-¿Qué os llevó a montar una tienda tan distinta como Vestida de azul en Sevilla y en plena crisis?

-Fue un poco todo. Las dos somos arquitectas y amigas. Se nos unió la situación laboral (estábamos en paro) y se nos ocurrió abrir una tienda de este tipo, porque no había mucha oferta en Sevilla. La zona la teníamos clara. Queríamos salirnos de la zona comercial aunque estuviéramos en el centro [la tienda se encuentra en la calle Candilejo]. Si había algo parecido a lo que queríamos montar, estaba precisamente por la zona de la Alfalfa. Lo que nos arrastró a montarla es que íbamos a cualquier ciudad y veíamos muchos establecimientos de este tipo, así que pensamos que era necesaria. También nos motivó mucho montar algo por cuenta propia.

-¿Cómo definiríais vuestra apuesta?

-Es una tienda de moda joven, aunque las prendas que puedes encontrar se salen un poco de lo que puedes encontrar en el 80% de los establecimientos. Ofrecemos ropa original y de marcas pequeñas de jóvenes diseñadores que lanzan pequeñas colecciones. La idea es ofrecer exclusividad. El que se compre algo aquí no se lo va a encontrar en la calle. El precio es algo más caro pero no es nada que se repita en una tienda y otra.

-¿Tuvisteis aceptación desde el principio, hace más de un año?

-Como todo, necesita tiempo. Lo cierto es que al poco de abrir mucha gente conocía ya la tienda y eso que no hicimos publicidad. Nos encontramos con un público que demandaba una oferta como la que ofrecíamos, así como con otro con el que no contábamos, sobre todo extranjero, porque esta zona es muy de paso para ellos y se paran a ver las prendas.

-¿Cuál es entonces el perfil de la clientela de Vestida de azul?

-Nos ha sorprendido. Creíamos que era el de mujeres con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años, pero el rango es más amplio, porque hay muchas señoras a las que les gusta vestir modernas. En nuestra tienda hay estilos y diseñadores distintos y eso propicia que el perfil se abra.

-¿Qué ha primado a la hora de elegir a los diseñadores?

-Que la marca no estuviera en otras tiendas de Sevilla, por el tema de la exclusividad. Son diseñadores de distintos sitios como Madrid, Barcelona, Bilbao, La Coruña o Murcia, es decir, la mayoría españoles, aunque también tenemos prendas creadas por extranjeros. Hemos ido probando cuáles funcionaban mejor y hemos apostado por ésas. También depende mucho de las colecciones que tengan en cada momento.

-¿No os dio miedo montar un negocio en pleno auge de la crisis?

-Cuando lo montamos sabíamos los riesgos que corríamos. Además, no hemos tenido ayudas de ningún tipo, a pesar de ser mujeres y menores de 30 años. En cualquier caso, la experiencia es positiva aunque sabemos que el momento está mal y va a peor. La gente se lo piensa cada vez más a la hora de comprar, cosa que entendemos y que estaba dentro de lo que esperábamos. De hecho, de la campaña de Navidad pasada a ésta se ha notado bastante. Y es normal, porque incluso a tiendas consolidadas les está pasando factura, así que es lógico que nos pase a nosotras. Se nota que el público está a la espera de las rebajas. En otro momento ni te lo piensas, porque tienes que hacer y recibir regalos. Si antes la gente se compraba una prenda al mes, ahora es cada dos.

-¿Qué proyectos barajáis para el futuro?

-No tenemos ninguna pretensión. Estamos a lo que venga, porque así nos hemos planteado el negocio desde el principio, sabiendo las dificultades que existían. Si de aquí a un año va fatal, tendremos que cerrar. Si nos sale trabajo en nuestra profesión, la arquitectura, pues intentaremos compaginarlo con la tienda. Estamos, como el 90%, a verlas venir e intentando adaptarnos a lo que viene, pero la situación es complicada. Desde luego, no hemos recuperado la inversión y además tenemos que pagar las prendas por adelantado, así que eso requiere de más.

-¿Habéis tenido muchas dificultades, sobre todo desde el punto de vista burocrático, a la hora de poner en marcha el negocio?

-Partíamos de conocimiento cero en el tema del comercio y la verdad es que no hemos tenido muchas dificultades. Nos dijeron que la Cámara de Comercio nos asesoraría pero al final no lo hizo, así que buscamos por internet y diseñamos un plan de empresa. Aprendimos sobre la marcha pero lo montamos en poco tiempo.

-¿La moda interesa cada vez más a los sevillanos?

-Esperemos que así sea. Hay público que valora cómo está hecha la prenda, el hecho de que sea un diseñador que hace colecciones pequeñas, pero hay mucha gente a la que le gusta una prenda pero prefiere gastarse menos e ir a la moda, que tiende a la homogeneización. En cualquier caso, en el tema de diseñadores sí hay mucho movimiento en Sevilla. Nos sorprende en este sentido el público extranjero, al que sí le gusta comprarse aquí ropa y pregunta por otras tiendas de este tipo. Esto demuestra que no sólo busca el plato de cerámica.

-Además de la ropa, tienen un espacio expositivo. ¿Cómo funciona?

-Hacemos exposiciones de jóvenes artistas que no tienen medios para promocionarse en galerías. Es algo recíproco, porque nosotras le ofrecemos el espacio y la tienda cambia de decoración cada poco tiempo.

  • 1