¿Quién cuida al cuidador?

Familiares de personas con dependencia aprenden a velar por sí mismos para atender mejor a los enfermos a su cargo.

el 02 oct 2009 / 19:16 h.

Llevan años cuidando a sus padres, hijos o suegras y casi el mismo tiempo sin tomar un café con una amiga, ir tranquilamente a la peluquería o acudir al médico por sus problemas musculares. Son los familiares de personas dependientes y acaban de aprender que, cuanto más se cuiden ellos, mejor se ocuparán de los demás.

Antonia, María Jesús y su hermana Rosario, Eduardo -una rara avis porque casi el 90% de los cuidadores son mujeres- o Manuela no se conocen. Pero bastan cinco minutos para que, además de asentir cada vez que la terapeuta "da en el clavo" al relatar su día a día, compartan inquietudes y hasta consejos sobre la mejor altura para la cama del enfermo o dónde alquilar una grúa al mejor precio.
Desde julio y hasta final de este mes, dos Cuidabuses recorren 151 municipios andaluces con la finalidad de llevar a los familiares que se ocupan de personas dependientes un mensaje:que si ellos no se cuidan, nadie lo hará por ellos, y que no son "pilas alcalinas" sino "baterías" que hay que recargar.

Durante dos horas, una más centrada en la terapia psicólogica y otra en la práctica de mover o lavar al dependiente para evitar dañarle a él y a uno mismo, la terapeuta Patricia Prieto y la enfermera Mari Luz Montes, incitan a una reflexión. Saben que "nadie cambia de un día para otro" pero también que ver que hay otros en su misma situación, ayuda. Confían en que poco a poco cale en ellos la idea de que pueden y deben delegar, que no es su única y exclusiva obligación, que todo el mundo necesita tiempo para sí mismo y que cuanto mejor estén ellos, mejor tratarán a su familiar enfermo, para quien "tampoco es fácil" pues muchos han llevado una vida muy activa.

"Absorbidos". Manuela Monge tiene un hijo de 19 años con parálisis cerebral y reconoce que "da muchos ánimos ver que se preocupan por ti, y también hablar con otros en tu misma situación". Recibe una ayuda económica por prestar los cuidados familiares y de momento no se plantea pedir otro tipo de servicios para su hijo. Tampoco Antonia Díaz, que cuida desde hace años a su madre. "Ella es muy rara, sin mí no quiere estar, y yo no la voy a dejar porque ella también me ha ayudado mucho a mí", relata. Esa dedicación no quita para que reconozca que la tiene "absorbida". "Si salgo dice que tardo mucho, cuando estoy haciendo mandados para ella. Ayer me dejé dos cacharros sin fregar y me dijo que me levantara antes para lavarlos antes de salir. Y yo necesito también mi tiempo", relata.

Para María Jesús y Rosario Álvarez, hermanas, su madre enferma no es el problema, sino su padre. "Es mucho peor, más exigente, nos hace ver que es nuestra obligación. Una va por la mañana y otra por la tarde, dejamos a mi madre acostada, pero nosotros también tenemos nuestros maridos e hijos", explican.

Reconocen que "queda mucho por aprender" pero bajan del autobús sabiendo mejor cómo mover a enfermos encamados para no dañarse la espalda. La enfermera Mari Luz les recuerda igualmente que el enfermo también padece un mal movimiento, y para demostrarlo cambia al muñeco tumbado en la camilla de prácticas por Rosario, una de las asistentes a la sesión.

"¿Te mareas si te doy la vuelta así de brusco?, ¿te duele si te levanto tirando de ti por debajo de las axilas? Pues a ellos también", les hace ver. Igualmente subraya la importancia de mantener el contacto físico o visual en todo momento con el enfermo porque "bastante desorientador y desagradable es ya estar tumbado mirando al techo y encima desnudo".

En Andalucía hay 38.037 cuidadores no profesionales de personas dependientes que, desde la entrada en vigor de la ley, reciben una prestación económica para ello. El Cuidabús de la Consejería de Igualdad pretende formar a unos 12.800, ya que en cada localidad a la que llega hace seis pases para 18 personas cada uno. El programa de formación contempla también talleres más amplios (dos en cada capital) de siete sesiones de tres horas cada una, que se desarrollarán hasta noviembre para 320 personas.

La formación de cuidadores no sólo merece la atención de la Junta sino que el Consejo Territorial de Dependencia -integrado por el Gobierno y las comunidades- acordó en su última reunión reforzar este aspecto y fijar unos criterios comunes para todos los cursos que se impartan.

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