Redefinir la profesión del profesor no es algo que se limite al debate educativo andaluz. Existe la formación inicial del profesorado, que depende del Estado y de las universidades que estructuran la carrera docente, y existe la formación permanente, que desarrollan las comunidades a demanda de los colegios, pero que en la Ley de Educación ya viene limitada por ser una formación pseudovoluntaria.
En el Parlamento andaluz se constituye hoy un grupo de trabajo para reformular el sistema de formación del profesor, pero los grupos de la oposición, PP e IU, son muy escépticos acerca del mismo, porque las competencias de la Junta están muy limitadas. "¿Tiene sentido este grupo? ¿Hasta dónde podemos llegar?", le preguntó el diputado de IU, Ignacio García, al consejero Francisco Álvarez de la Chica. "Éste es un tema de calado que involucra a administraciones, sindicatos, organizaciones y universidades, y Andalucía debe liderar el debate nacional. Sean ambiciosos", respondió.
Hoy se empezarán a elegir a los expertos que formarán parte del grupo y no parece un debate fácil. Reconstruir la profesión docente significará introducir criterios de selección más exigentes para que la educación no dependa de cualquiera. De la Chica maneja ya un ejemplar del último informe Mckinsey (octubre, 2010), que vincula la calidad del sistema escolar con la mayor eficacia de sus docentes. En el informe aparece un dicho popular americano que seguramente el Parlamento hará suyo. La traducción diría así: "Quien puede, trabaja. Y quien no puede, enseña" [Those who can, do. Those who cannot, teach]. Las universidades lo explican con tono más serio: "A la profesión de maestro no están accediendo los mejores alumnos del sistema, de hecho, a las facultades de Educación no entran los mejores universitarios". En 2004, la comisión de educación en el Congreso de EEUU emitió un informe sobre las carencias en la formación docente retomando el dicho americano: "Tenemos que romper el círculo vicioso en el que los estudiantes de bajo nivel pasan a convertirse en profesores de los futuros alumnos de bajo nivel".
Pero, ¿qué aliciente profesional tiene estudiar magisterio en Andalucía? Nueve de cada diez alumnos del viejo Curso de Adaptación Pedagógica (CAP) respondía: "ser funcionario" o "un trabajo para toda la vida". El informe McKinsey augura que para reconstruir la profesión también hará falta replantearse los salarios al alza del profesor, para que el oficio sea competitivo en el mercado de profesiones liberales. Pone este ejemplo: en 1970, el sueldo de un abogado que acababa de ingresar en una importante firma y el de un maestro que ingresaba en un colegio público apenas variaba en 1.436 euros. Pero ahora el abogado cobra 115.000 euros al año, y el profesor, 32.300. En los últimos 30 años, el promedio salarial de los profesores, en comparación con otras profesiones de formación superior, ha caído a un ritmo del -2% del PIB por año.
En Singapur, Finlandia y Corea del Sur, los tres países con mejores resultados en el informe Pisa, el reclutamiento de los estudiantes de elite para que se conviertan en maestros es un "asunto de Estado", "una prioridad nacional". El 100% de los expedientes cum laude en Finlandia son orientados a la enseñanza. Los tres países tienen "rigurosos sistemas de formación para seleccionar a los mejores, les pagan la matrícula de esos programas y una beca para mantener su nivel de vida mientras se forman como profesores. Además los gobiernos les garantizan una plaza docente en cuanto terminan su formación". El informe McKinsey se hace tres preguntas que también tendrán que hacerse los miembros del grupo en el Parlamento: ¿Quién debería enseñar?; ¿qué atraería a los mejores estudiantes a convertirse en profesores? y ¿cuánto costaría y qué cambios habría que introducir en el sistema escolar para con que esa estrategia funcione? El reto es complejo, porque el 91% de estudiantes con mejor expediente nunca ha pensado en dedicarse a la docencia. Hace 30 años la mujer entraba con fuerza en el mercado laboral, y la primera puerta que abrió fue la enseñanza, por eso casi el 60% del sector está hoy representado por mujeres. Pero en la actualidad, las mujeres están más preparadas y el mercado laboral les ofrece mejores oportunidades: han dejado de ser maestras para acceder a puestos de médicos, abogados, ingenieros y científicos.
