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Quién 'repica' las campanas

Han sido testigos de grandes acontecimientos, de buenas y malas noticias, de defunciones y avisos de peligro... y ninguna de ellas suena igual, según los entendidos.

el 02 oct 2011 / 19:27 h.

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Si hay un sonido que caracterice a Utrera es el de las campanas de sus iglesias. Porque no todo son dulces, toros y flamenco, la historia de esta ciudad se encuentra llena de instantes relacionados con una tradición cargada de siglos, y que sigue más viva que nunca. Las torres y espadañas utreranas, especialmente en las parroquias de Santa María y de Santiago, han sido testigos de grandes acontecimientos, de buenas y malas noticias, de defunciones y avisos de peligro... De todo cuanto acontecía en el pueblo, los bronces daban información a los ciudadanos.

En las festividades litúrgicas siguen sonando las campanas de Utrera. Pero, a lo largo del tiempo, los campaneros también se han encargado de anunciar otras muchas noticias. El sonido por la muerte de papas o reyes, por ejemplo, se mezclaba con el toque de rebato, que alertaba de peligros a la población; o con otros como el toque de queda, del ángelus o de oración, por citar algunos de los muchos que los utreranos de mayor edad pueden recordar con más conocimiento.

Si hay algo que hace original, y realmente espectacular, a los toques y repiques de las campanas en Utrera es, precisamente, el modo de realizarlos. Algo que deja boquiabierto a cualquiera que contemple el trabajo de los campaneros es tener la oportunidad de ver cómo el bronce se deja en balanza. Básicamente, esto consiste en que, tras voltearla, el campanero salta, quedándose la campana en posición horizontal. Es entonces cuando éste "aprovecha para avanzar un poco hacia el exterior y quedarse de pie encima de la cabeza, haciendo contrapeso sobre la madera, de manera que ésta y el bronce queden nivelados y se mantenga la horizontalidad", como explica José Giráldez en el libro La singular historia de las campanas de Utrera. Y todo esto con la persona en cuestión situada fuera de la torre, suspendida a varios metros de altura.

Tras varias centurias de tradición, heredada de generación en generación, en la localidad utrerana se organizó, hace ahora justo 10 años, la Asociación de Campaneros de Utrera (Acamu), que se está encargando de velar para que el peculiar sonido de la ciudad perdure.

El presidente del colectivo, Juan Carlos Moreno, comenta que "realmente no tenemos datos históricos certeros que nos indiquen desde cuándo existen repiques de campanas en Utrera, pero lo que sí es seguro es que, por lo menos, se producen desde el siglo XV". Además, "por la colocación de las campanas en las torres de Santiago y de Santa María, la forma de tocarlas es idéntica a como lo hacemos en la actualidad, volteándolas".

Las campanas tienen lenguaje propio y, en un principio, cada una fue creada para que su toque transmitiera a la población un determinado mensaje. El oído de los campaneros y de algunos utreranos iniciados en la materia es especialmente fino, por lo que son capaces de reconocer qué bronce está sonando en cada momento ya que, como afirman los entendidos, "ninguna de las campanas de Utrera suena igual".

Para conmemorar la primera década de existencia de la asociación de campaneros, los miembros del colectivo tienen la intención de celebrar durante este  otoño un concierto de campanas. "Llevar a cabo esta actividad supone para nosotros un gran esfuerzo, pero queremos brindarle este regalo a Utrera porque la tradición campanera es para nosotros, más que una afición, una vida", afirma Juan Carlos Moreno. Mientras, el sonido de la ciudad seguirá siendo el de sus bronces y continuará brotando de las torres más altas del municipio, que anunciarán las festividades más destacadas en una ciudad que sigue disfrutando con el delicioso sonido del tañir de sus campanas.

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