La reina de las peñas españolas no es la cabra montesa sino la ficha de dominó. ¿En cuál de ellas no ha estado? El juego lo inventaron los chinos y en los chinos lo puede usted comprar hoy, y así se aficiona a la competición patriótica por excelencia, justo por detrás de las guerras civiles. Ahora, como este fin de semana va a disputarse en El Tardón el VIII Trofeo Ciudad de Sevilla por parejas (que por cierto, esta tarde se presentará públicamente en El Rinconcillo), afloran cuchicheos y rumores para calentar el ambiente; por ejemplo, que en la tumba del faraón Tutankhamon apareció un dominó. Lo que no ha aparecido aún, que se sepa, es el carnet del casino. Misterios de la arqueología.
"Siempre se ha considerado como un juego de hombres y de viejos", comentaba ayer el presidente de la Federación Sevillana, Jerónimo Vasco, "pero hoy día no es así en absoluto. Hay federada gente de todas las edades, hombres y mujeres. En la liga provincial hay un equipo de mujeres. Ganar, ganan poco, eso sí, pero se apuntan a todas las competiciones. Vamos, que les gusta". Para Jerónimo hay dos claves que definen al jugador de dominó: suerte e inteligencia. También hace falta sensibilidad, claro. "Y una clave: no engañar nunca a la pareja." Vamos, que se llama dominó como se podría llamar matrimonio.
Estas páginas, que meses atrás se ocuparon largamente y con deleite de la figura del jugador de dominó en su hábitat natural, fijan hoy su objetivo, con ayuda del presidente sevillano, en las reglas del juego: ni en los escaparates de la calle José Gestoso encontrará usted algo más curioso que ese conjunto de normas que incluyen, como en el fútbol, la tarjeta roja: expulsión directa. También la hay amarilla para faltas graves y azul para las leves. Y se preguntará usted: ¿Cuáles son esas faltas? Pues prepárese: todo lo típico del dominó.
Fíjese: está prohibido pegar el clásico fichazo en la mesa (ése que hace que sel caballero de la barra se gire sobre su taburete con la expresión facial de Lee Van Cleef). Tampoco se permite decir ni una sola palabra, ni proceder con gestos, guiños, rascamientos, escalofríos, zapateados o estiramientos de las articulaciones, entre una amplia galería de prohibiciones que se resumen en una: todo, salvo respirar.
"Estamos intentando que lo consideren un deporte", decía ayer el presidente de la Federación Sevillana. "Hemos ido a hablar con la Junta y nos han dicho que... bueno, que harán lo que puedan." Vamos, que los gobernantes andaluces no se han pasado precisamente la noche sin pegar ojo, de los nervios. Pues debieran, porque, por mucho que digan los chinos (que además, lo dirían en chino), el dominó es tan patrimonio nacional como el Mulhacén y conviene dignificarlo. "Los reyes de esto en España son los de Tenerife", dice Jerónimo. Bueno, pues como el Teide.
Volviendo a lo que no se permite, hay que seguir con los tipismos del juego: está prohibido beber alcohol y fumar durante las partidas; meterse con el compañero por no enterarse de lo que va la historia o fanfarronear ante el contrario; por supuesto, el que se lía a dar voces va a la calle; las fichas no se pueden colocar de pie sino de costado, y se considera falta leve ponerse a ordenar la fichas o que a uno le suene el móvil. En resumen, el juego recomendado para las hermanas ursulinas. No vale comer galletas.
De utilidad:
Qué: VIII Trofeo Ciudad de Sevilla de Dominó (parejas).
Cuándo: El sábado que viene, en el Pabellón Mar del Plata (Tardón), de 9.00 a 19.00 horas.
Cómo: Todavía se admiten inscripciones, así que vaya a la presentación de hoy en El Rinconcillo.
A qué hora es: La presentación es a las 20.30 de esta noche en el popular bar de la calle Gerona.
