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"Quiero enseñar a llorar por la Virgen de la Macarena en Miami"

Cuando la Esperanza Macarena entra en su Basílica en la mañana del Viernes Santo, a más de 10.000 kilómetros de Sevilla, en Miami, la parroquia del Corpus Christi despide a su cofradía de la Macarena: una procesión que cada año capta más adeptos e interés entre los yanquis de la 7th Avenue.
Foto: Juanma Rodirguez

el 15 sep 2009 / 05:44 h.

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Cuando la Esperanza Macarena entra en su Basílica en la mañana del Viernes Santo, a más de 10.000 kilómetros de Sevilla, en Miami, la parroquia del Corpus Christi despide a su cofradía de la Macarena: una procesión que cada año capta más adeptos e interés entre los yanquis de la 7th Avenue.

Our lady of La Macarena. Así reza un cartel de la imagen de la Esperanza que tallara Miguel Bejarano para la cofradía de la Macarena de Miami. Tanto su hermano mayor, Manuel Gobea, como el párroco de la iglesia del Corpus Christi, José Luis Menéndez, llegaron el pasado jueves a Sevilla con motivo del I Encuentro de Hermandades y Cofradías de la Esperanza Macarena, que ha congregado a cerca de 300 macarenos venidos de hasta 17 lugares diferentes desde el pasado viernes hasta hoy.

Todo surgió cuando una empresa sevillana de arte litúrgico, con el objetivo de promocionar su actividad, envió a Estados Unidos una imagen de la Esperanza Macarena, aterrizando en la parroquia Corpus Christi.

Su primera salida procesional tuvo lugar en 1998 bajo una gran expectación, con la peculiaridad de que tuvieron que agrandar la puerta de la iglesia hasta ocho pies de altura debido a que el paso no la podía atravesar. Casualmente, el sevillano y macareno Manuel Gobea había llegado poco antes a Miami para vivir, encontrándose, para su sorpresa, con una réplica de su devoción.

El hermano mayor cuenta que, desde que se fundara la cofradía en 2001, han tratado de "avanzar despacio, haciendo las cosas bien, ya que no se puede gestar una devoción de la noche a la mañana". La procesión tiene lugar en la noche del Viernes Santo, intentando emular, en lo posible, los ritos de la cofradía hispalense, si bien, con sus evidentes aportaciones.

Los hermanos adornan durante las horas previas a la salida una colorida alfombra de flores y arenas que atraviesa la comitiva. "Pretendemos establecer ciertos ritos previos a la procesión: como hacen los armaos en Sevilla, los músicos anuncian la salida con los tambores.

A continuación, José Luis pronuncia cada año el pregón; una vez concluido, pido permiso para que se abran las puertas del templo y comienza así el desfile", explica Gobea. Al paso de la Macarena le precede el Señor Cautivo de Medinaceli. Durante su recorrido, de unas cuatro horas, no faltan las saetas, la música ni las mujeres de mantilla.

Apunta Menéndez que "a diferencia de lo que ocurre en Sevilla, es la parroquia la que atrae al público, si bien la hermandad sirve como manifestación pública del orgullo católico en un país de protestantes". Gobea va más allá: "Echo en falta más devoción, ese calor humano que hay en Sevilla con las cofradías. Estoy enseñando a la gente a llorar con la Virgen, a quererla". Que así sea.

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