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“Quiero pagar el alquiler pero no puedo”

Inquilinos de Emvisesa crean una plataforma par reclamar a la empresa pública la rebaja del recibo

el 27 may 2013 / 08:00 h.

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La situación de cientos de familias sevillanas es cada día más dramática, tanto, que a muchas casi ni les alcanza para comer el poco dinero que entra cada mes en casa. A la hora de elegir entre llenar el frigorífico o pagar el alquiler lo tienen claro. Por eso, hay hogares donde los recibos se acumulan sin visos de solución. Inquilinos de las viviendas en alquiler de la empresa municipal Emvisesa llevan meses reclamando que se abarate la cuota mensual para poder hacer frente a los pagos. “No es que no queramos abonar el recibo, es que no podemos, y los alquileres incluyen cosas que ni queremos utilizar, como trasteros o garajes que no nos sirven para nada”. La que habla es Paola, que vive con su familia en un piso en Torreblanca, por el que debería pagar 470 euros. Son de los alquileres más caros de Emvisesa en la ciudad, a pesar de estar frente a un solar donde se han encontrado hasta serpientes, denuncian los vecinos. Hace unas semanas se constituyó la asociación Por un alquiler municipal digno, una plataforma de inquilinos de Emvisesa que se ha unido para reclamar a la empresa municipal que realice un estudio socioeconómico de la situación de las familias para que se rebajen las rentas de manera que se adecuen a cada una de las circunstancias. Además, denuncia que Emvisesa no le da soluciones a pesar de que muchos de los morosos acuden a sus oficinas de la calle Bilbao a contar su drama particular. “El acoso a través de cartas, burofaxes e incluso llamadas es continuo y solo hay que acercarse a muchas de las familias para ver que no es que no quieran, es que no pueden”, destaca el portavoz de la plataforma, José Martínez, quien añade que muchas de las viviendas –incluso promociones enteras– de Emvisesa están vacías. “Algunas las dejan con las verjas y montañas de arena para que parezca que no están terminadas aunque lo estén”, denuncia Martínez. La A3.2 y la A3.4 del Polígono Aeropuerto están en este estado, aunque cierto es que la oficina comercial de Emvisesa las ha puesto en venta. Hasta el 30 de junio, pisos desde 78.723 hasta 112.266 de dos a cuatro dormitorios por tener un 10% de descuento. “Cada vez les cuesta más vender las casas, porque incluso las hay en la zona de renta libre que son más baratas. Por eso, deberían de ponerlas en alquiler pero a un precio razonable. Lo que no tiene sentido es que paguen más de 400 euros familias en las que entran cantidades incluso menores”, sentencia Martínez.

Paola, Manuel y Tiara: Tres parados, dos de ellos con minusvalía, y 370 euros

familias emvisesa Los tres están en paro y tienen que pagar de alquiler 470 euros por una vivienda de 70 metros cuadrados en Torreblanca, de las más caras de las promociones que Emvisesa tiene por toda la ciudad. El único ingreso que entra en casa son los 340 euros que Antonio recibe por tener un 33% de minusvalía. Desde 2011 no trabaja y se queja de lo complicado que es encontrar empleo. Paola, procedente de Brasil, pudo cotizar apenas dos meses el pasado año en Guadalpark pero, desde entonces, nada. A ello se suma la tragedia personal de su hija Tiara, que lleva dos años prácticamente ciega –ha perdido la visión de un ojo y apenas ve de lejos por el otro por “unos líquidos corrosivos con los que trabajaba en una cocina en Salamanca”–. Afirma que le gustaría trabajar en algo relacionado con el deporte, aunque su situación hace que le sea muy difícil encontrar empleo, ya que no le han reconocido el grado de minusvalía necesario para entrar en cuota en las empresas. “Antes trabajábamos en el campo y teníamos unos ingresos más o menos estables, pero ahora es imposible por mucho que nos movamos”, explica esta familia, que lleva alrededor de un año sin pagar la renta de alquiler a Emvisesa. En este sentido, se quejan de que en la cuota le incluyen el pago de la parte correspondiente el Impuestos sobre Bienes Inmuebles (IBI), “que debería recaer en el propietario”. “Se suponía que pagábamos 307 euros, pero luego te obligan a pagar trastero y garaje aunque no los uses”, protestan. A ellos ya le han llegado unas cuantas misivas de la empresa municipal en las que les instan a pagar la deuda acumulada, ya que de lo contrario Emvisesa podría rescindir el contrato. Su situación es límite y no saben si podrán pagar.

Antonia y familia: Cinco recibos atrasados y pensión de 600 euros

familias emvisesa Uno de los pisos de las promociones de Emvisesa en Torreblanca acoge a Antonia y la familia de su hija, que incluye dos hijos. Cobra una pensión de 618 euros al mes, mientras que la otra aportación dineraria la hace su hija con lo que cobra por media jornada como pinche de cocina. En total, en torno a 1.000 euros entran en casa. “Tengo atrasados cuatro o cinco recibos y debo unos 2.175 euros a Emvisesa”. Como a los demás, le ha llegado a la carta de reclamación de pago de la empresa pública, aunque asegura que ahora mismo no puede hacer frente a la deuda porque tiene “muchos otros recibos sin pagar como la luz o el agua”. Esta comunidad de vecinos tiene cortada el agua, aunque en las viviendas sigue habiendo. En cualquier caso, Antonia cuenta que en Emvisesa la han tratado bien y que le dieron la opción de fraccionar el pago de la deuda en 24 cuotas de 90 euros, algo impensable para ella en estos momentos. “Hay dos niños pequeños y son muchos gastos. Mi pensión va a pagar los gastos del piso mientras que lo que gana mi hija lo dedicamos a la comida y las necesidades básicas”, relata. Su yerno está en paro y cuida de su nieta. “Antes vivíamos en dos pisos en el Cerro, pero eran más pequeños y pagábamos un total de 500 euros; ahora al menos la cuota es menor y tenemos más habitaciones donde repartirnos”, cuenta esta mujer, que limpia las zonas comunes por su propia iniciativa a falta de limpiadora.

Mercedes y sus tres hijos: Un no rotundo a volver con sus padres

familias emvisesaMercedes tiene un 50% reconocido de minusvalía por una malformación congénita en su brazo derecho. Hasta el 65% no tiene derecho a ninguna prestación, así que sus ingresos mensuales constan de 300 euros de la ayuda familiar y 200 que gana como limpiadora. Su pareja está en paro, así que no puede contribuir a la economía familiar. Habita junto a sus tres hijos, de 5 y 4 años –dos son gemelos– una vivienda adaptada de Emvisesa del Polígono Aeropuerto. 429 euros es su cuota, por eso pide que se la bajen. “Pago garaje y ni siquiera tengo coche, no tiene ningún sentido”, señala. De ahí que exija que la sociedad pública le rebaje la cuota.  “Cuando les planteé mi situación me respondieron que si no tenía para pagar, que me volviera a casa de mis padres. Pero con 30 años y tres hijos no creo que sea la solución más adecuada, sobre todo teniendo en cuenta que hay pisos en esta misma promoción que están sin habitar”. De hecho, justo al lado del suyo hay uno que no se ha ocupado desde que se dieron las llaves a los vecinos. En total, Mercedes debe tres meses y ha pedido que se le fraccione más el pago, pero le dicen que es imposible.

María del Carmen y Antonio: Situación límite con un discapacitado en casa

Imagen-Emvi005La situación de María del Carmen y Antonio es de las que remueven conciencias. Ella, con un 21% de discapacidad, trabaja en casa. Él, trabajador de la construcción, lleva ocho años parado y ve imposible recolocarse a sus 58 años. Ambos son padres de Antonio Manuel, un joven de 22 años que tiene un 92% de discapacidad por inmadurez. Su edad mental está en torno a los cinco años. La única entrada de dinero en casa es la de Antonio, que cobra 420 euros de la ayuda del Gobierno por ser parado de larga duración. Además, reciben 300 euros de ayudas a la dependencia por su hijo, aunque este ingreso puede acabar pronto. Esto se debe a que Antonio Manuel tendrá que pasar del colegio actual, por el que no paga nada, a un centro que se come los 300 euros de ayuda. Con 480 euros de renta, la situación de esta familia es “desesperada”. “Si renunciamos al centro y nos quedamos con el dinero para pagar el alquiler, lo tendremos todo el día en casa sin ningún estímulo educacional de los que necesita nuestro hijo”, se lamenta María del Carmen, quien añade que “si va al centro, entrarán 300 euros menos en casa y no tendremos para nada más que para comer”.  Antonio insiste en que Emvisesa conocía sus condiciones antes de darle el piso y que no piensa moverse de él. “No podemos ir a ningún sitio porque en cualquier te piden tres meses de anticipo como mínimo. Lo que no vamos es a quedarnos en la calle”, sentencia.

Purificación y familia: Un piso de tres dormitorios para nueve

familias emvisesaLa casa de Purificación nunca está vacía. Nueve personas viven en uno de los pisos de las promociones de Emvisesa en Torreblanca, desde la bisabuela hasta los nietos. Hasta el momento, asegura, han podido llevar los pagos más o menos al día –solo debe un reibo– en el alquiler, aunque duda de que lo pueda seguir haciendo durante mucho tiempo, ya que la única fuente de ingresos es la procedente del sueldo de su marido, que trabaja en el vertedero donde la Policía llegó a buscar el cuerpo de la joven Marta del Castillo. Son 700 euros los que entran en el hogar cada mes, aunque el arrendamiento es más barato que el de otros vecinos porque el piso le tocó a su hija, que se benefició de descuentos por tener menos de 35 años.  “Somos nueve personas, así que como mínimo hay que comprar tres ofertas de pan diarias. Con 300 euros nos tenemos que apañar para comer”, cuenta Purificación. “Estábamos en una situación muy extrema porque nos quitaron la casa y nos tuvimos que ir a un chabolín que hay aquí en el barrio para no quedarnos en la calle”, relata. Ahora dice que no puede “ni dormir” porque se ha roto una pierna y no puede contribuir a la economía familiar.

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