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«Quiero transmitir a los jóvenes nuestra lucha por la identidad»

La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo visitó Sevilla donde acudió al I Foro Internacional Terrorismo y América Latina, organizado por la UNIA, con motivo de la celebración del 31 aniversario de esta asociación. Foto: José Manuel Cabello.

el 15 sep 2009 / 18:07 h.

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La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo visitó Sevilla donde acudió al I Foro Internacional Terrorismo y América Latina, organizado por la UNIA, con motivo de la celebración del 31 aniversario de esta asociación.

-¿Cuántos años llevan luchando las Abuelas de Plaza de Mayo en la búsqueda de sus nietos?

-Hace muy pocos días cumplimos 31 años. Cuando la dictadura militar comienza claramente con lo que llamamos terrorismo de Estado, las que teníamos hijos militantes opositores temimos mucho por sus vidas, pero su lucha nos llevó a creer en la rebelión por un país mejor, que era su objetivo. Al desaparecer, como hace cualquier mamá en esa circunstancia, salimos a la calle.

-¿No hubo miedo?

-El miedo, el desconocimiento, la soledad llegaron al momento. Los acusaban de terroristas, de que no habíamos sabido criarlos y la culpa, siempre de la víctima. Pero pasó algo que es muy común entre las mujeres que fue encontrarnos y darnos las manos, y a partir de ahí me incorporo a un grupo, que era el grupo fundador, y adquiero la tarea de presidenta, encontrando 95 nietos desde 1979.

-¿Cómo están llevando a cabo el proceso de recuperación de la identidad de las víctimas si sus cuerpos no han podido ser identificados?

-Los testigos que eran liberados de los campos de concentración nos contaban desde el exterior que en aquellos lugares clandestinos habían vivido la muerte. A 31 años esa historia sigue. La realidad nos dice que los adultos no están vivos, después de 30.000 desapariciones. Entonces buscamos una respuesta y la respuesta la está dando un equipo de antropología forense que nace en 1984 para exhumar cuerpos de los cementerios donde están enterrados de manera colectiva muchos de los desaparecidos. Muchos otros no van a poder encontrarse porque fueron arrojados vivos al mar, al Río de la Plata. También fueron quemados e incluso dinamitados porque los militares inventaron sus propios crematorios.

-¿En qué fecha desapareció su hija Laura?

-Ella estaba viviendo en Buenas Aires y me escribía todas las semanas. Dejé de recibir cartas el 16 de noviembre de 1977. Lo tomo como la fecha del secuestro. Empecé a hacer una búsqueda, la segunda porque mi esposo fue el primero en desaparecer investigando la desaparición de Laura meses antes. Yo, como directora de una escuela de primaria comencé mis trámites de jubilación para poder dedicarme más tiempo. Mi marido apareció 25 días después y me uní al grupo de abuelas que vivían en la Plata para iniciar la búsqueda. Mi hija Laura, estudiante de Historia y perteneciente a la juventud universitaria peronista, estaba esperando en ese momento un hijo.

-¿Qué información ha logrado de su nieto hasta ahora?

-Hasta la fecha no sé nada. Tiene 30 años, es varón, ella lo llamó Guido pero seguramente no tendrá ese nombre, le habrán puesto otro y otra fecha de nacimiento. Pero como trabajo por los otros, que felizmente aparecen, me alegro y festejo junto a las abuelas que los pueden tocar y yo tengo fe y esperanza de que en algún momento algo pase para que yo encuentre a mi nieto.

-¿Qué implicación tiene en el proceso el magistrado Baltasar Garzón?

-El juez Garzón es un amigo y respetadísimo juez en Argentina. Nos recibió a las abuelas porque en gran parte fuimos las iniciadoras del juicio que se hizo en España sobre los posibles 12 nietos que estarían en el país. Ellos fueron traídos por sus apropiadores muy bebitos y viven en localidades cercanas a Madrid. Baltasar Garzón sigue trabajando y yo creo que su empeño en la búsqueda de la verdad y la justicia ahora para España por los muertos del franquismo me parece un hecho sumamente imprescindible para una sociedad sin sobresaltos y con memoria.

-¿Qué lastre piensa que queda de la dictadura de Videla en la sociedad Argentina?

-El lastre que queda es el de una sociedad que ya reconoce que la dictadura nos afectó a todos. Muy poca gente dice basta, no busquen más, ya pasó. La mayoría quiere saber, investiga, hay textos, muchos adelantos y sobre todo en los últimos tiempos el tema de la educación. Poder contar a los chicos la historia. Jóvenes que preguntan por qué la historia no se cuenta. Hubo un silencio y queremos trasmitirle el derecho de la identidad no sólo de nuestros nietos sino también de su país.

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