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Quince años regalando vida

La clínica Ginemed, presente en Sevilla desde 1995, se sitúa a la vanguardia de la reproducción asistida.

el 21 oct 2010 / 10:09 h.

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Cuando una mujer se plantea un embarazo, pocas veces piensa que pueda resultar imposible conseguirlo. Lo que para muchas parejas es fácil, para otras resulta casi inalcanzable. Con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de estas parejas, trabajan los profesionales de la clínica Ginemed en Sevilla.

Aunque nacieron en 1995 como consulta de ginecología, dos años después, en 1997 pasaron a especializarse en la reproducción asistida, haciendo realidad el sueño de muchas personas. Eso sí, con una filosofía completamente diferente, en la que la mujer es la principal protagonista, y donde, si bien el desarrollo tecnológico es importante, no se pierde de vista la realidad humana de las personas. Actualmente, además de los dos centros con los que cuentan en Sevilla, son responsables del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital NISA Sevilla Aljarafe.

Y es que cada vez son más las mujeres que presentan dificultades para quedarse embarazadas. La Organización Mundial de la Salud estima que al menos un 15 por ciento de las parejas en edad reproductiva tiene problemas de fertilidad. De hecho, la especie humana es poco fértil, según los expertos. Lo normal, es que en un año de relaciones sexuales no protegidas y frecuentes, en torno al 85 por ciento de las parejas logre un embarazo. Sin embargo, hay parejas que no lo consiguen en este tiempo, momento en el que se les puede considerar estériles. Aunque las causas suelen estar centradas en el óvulo (un 70 por ciento de los casos), hay otros motivos, como problemas dependientes del espermatozoide (50 por ciento de los casos) o en el endometrio (25 por ciento); y puede haber casos en los que se conjuguen varias de estas causas.

EL PERFIL DE LA MUJER

¿Pero quién acude a una clínica de reproducción asistida y por qué? La respuesta, según el responsable de la Unidad de Reproducción de la clínica Ginemed, Fernando Sánchez Martín, es clara: una mujer de entre 35 y 37 años con un historial de búsqueda de embarazo de entre dos y tres años. Y es que el retraso de la edad reproductiva de la mujer por motivos sociales y laborales "ha provocado un aumento importante de la esterilidad".

Pero un embarazo no sólo depende de la mujer, también el hombre juega una parte importante, y lo cierto es que en los últimos años se ha observado una pérdida de la calidad del semen importante. "El hombre era el gran abandonado en la reproducción asistida, porque se suponía que no podía tener problemas" asevera Sánchez Martín. Por ello, nunca se investigó, hasta hace siete años cuando comenzaron los primeros estudios al respecto. Si bien es cierto que el óvulo es más grande que el espermatozoide, ambos son necesarios para conseguir un embrión. Conscientes de ello, en la clínica Ginemed mantienen abiertas dos líneas de investigación en este sentido con "datos prometedores".

Además, el hecho de que se ha desmitificado la reproducción asistida dejando de ser un tema tabú y la incorporación de nuevos sectores de población que demandan este servicio, como las mujeres solteras o las parejas homosexuales femeninas -en España no es legal la figura del "vientre de alquiler" para parejas homosexuales varones- ha provocado un crecimiento considerable en la demanda de este tipo de técnicas. De hecho, uno de cada doce o quince niños que vemos por la calle son de reproducción asistida, "una cifra realmente interesante" explica Sánchez Martín.

TASAS DEL 50 POR CIENTO DE EMBARAZOS

Lejos de lo que pueda pensarse, "conseguir un embarazo es fácil". Si a finales de los 80 cuando se hizo extensible a la población este tipo de tratamientos, las tasas se situaban en torno al 12 o el 15 por ciento, actualmente en la clínica Ginemed, se supera el 50 por ciento en el primer intento. "Pero no ha sido fácil. Los números que se manejaban entonces eran realmente bajos, y la gente pensaba que era realmente difícil" explica el responsable de la Unidad de Reproducción Asistida de la clínica. Los cambios médicos y técnicos han posibilitado que esas tasas suban, llegando a alcanzarse en España cifras similares a las de Estados Unidos. "Ha supuesto un esfuerzo importante, porque todo lo que no sea conseguir un niño en casa de la forma habitual, cuesta, pero una vez que la gente se lo plantea, se dan cuenta que no es tan inalcanzable" asevera el doctor.

Así, la filosofía de Ginemed es que la mujer se quede embarazada a la primera. Y es que hay muchos factores que condicionan que una mujer no se pueda someter a varios ciclos para conseguir el deseado embarazado: económicos, psicológicos, profesionales... "Somos conscientes de ello, por eso ponemos toda la carne en el asador en cada proceso, somos conscientes de que no hay que ir a probar, sino a conseguir un embarazo". Pero sobre todo, no hay que perder la esperanza. Como insiste Sánchez Martín, "no hay ningún motivo para que una mujer que quiera tener hijos no los tenga, excepto que no tenga útero. En todos los demás supuestos, no hay razones para decir ‘no'".

LA TECNOLOGÍA, FACTOR FUNDAMENTAL

En todo este proceso, los avances tecnológicos juegan un papel fundamental. En la clínica Ginemed lo saben, y por ello se han preocupado de contar con los últimos avances en el sector, lo que les ha permitido convertirse en uno de los centros punteros en Europa. De hecho, fueron los primeros en hacer vitrificación en Andalucía, -lo que supuso un cambio radical en los tratamientos-, y en conseguir un embarazo con embriones vitrificados. Se trata de una técnica de congelación que permite pasar del líquido al sólido sin que el agua forme cristales que, en ocasiones, podían romper las estructuras del interior de las células. Es decir, al descongelar los embriones, éstos perdían calidad e incluso muchos morían. Con la vitrificación es como si se detuviera el tiempo: no hay ninguna pérdida de calidad, y el embrión tiene las mismas características y el mismo potencial de embarazo que en el momento antes de proceder a su congelación.

Pero la vitrificación permitió crear un concepto nuevo: "la preservación de la fertilidad". Es decir, que una mujer pueda congelar sus óvulos a una edad considerada "muy fértil" (25 años) para cuando se quiera quedar embarazada en el futuro. Con las técnicas de congelación convencionales, la mayor parte de los óvulos se deterioraban, y sin embargo, con la vitrificación, su tasa de supervivencia supera el 90 por ciento.

También fueron los primeros en España en contar con un microscopio de alta magnificación, pasando de los 400 aumentos del microscopio convencional hasta los 6.600, lo que les permite seleccionar con mayor precisión los mejores espermatozoides para ofrecer las mejores garantías de fertilidad. De hecho, fueron los primeros en el país en lograr un nacimiento con selección espermática mediante alta magnificación.

Después de quince años de trabajo, de hacer felices a innumerables parejas, de regalar la posibilidad de ser padres a aquellos que pensaban que nunca podrían serlo, sería fácil plantarse. Pero ni mucho menos. Para Fernando Sánchez Martín "queda mucho, muchísimo por hacer". Aunque las tasas sean altas y superen el 50 por ciento, la idea es conseguir tasas aún más elevadas, del 90 por ciento, en las que además no haya ningún tipo de riesgo. Y para eso "queda mucho trabajo, muchas horas de estudio e investigación, congresos y muchos ensayos clínicos". Todo con un objetivo claro: seguir regalando vida.

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