Quioscos en pleno siglo XXI para un oficio milenario

Urbanismo de Carmona saca a concurso cuatro, dos de ellos dando prioridad a la edad, la situación laboral o el grado de minusvalía.

el 22 jun 2014 / 00:31 h.

El quiosco-bar del Paseo del Estatuto, una de las instalaciones sacadas a concurso. / Ezequiel García El quiosco-bar del Paseo del Estatuto, una de las instalaciones sacadas a concurso. / Ezequiel García Habría que remontarse a la Persia sasánida para encontrar el origen de una construcción milenaria. Ser quiosquero en pleno siglo XXI no es ninguna innovación, pero sí es recuperar la tradición de vender en pequeñas construcciones cualquier tipo de producto, desde flores a la querida prensa del día, o convirtiéndolo en un bar. Con el afán de intentar ofrecer una nueva forma de emprender, el Ayuntamiento de Carmona abrirá hasta este lunes el plazo para solicitar el uso y explotación de cuatro quioscos en desuso, para lo que se valorará la situación social y familiar de los solicitantes. En concreto se trata de los quioscos-bar situados en el Parque de El Almendral y en el Paseo del Estatuto; el quiosco situado junto al colegio Pedro I y el quiosco-churrería en la Plaza de San Antón. Entre los criterios para la adjudicación de estas infraestructuras destaca la situación social de los solicitantes, que en el caso de los situados en la Plaza de San Antón y el colegio Pedro I primarán, por primera vez, por encima de los criterios económicos. Para ello, se tendrá en cuenta la situación laboral del solicitante, su capacidad económica, su edad y si tiene algún grado de minusvalía tanto él como hijos o familiares a su cargo. En los otros dos, será importante que el emprendedor intente dinamizar el espacio en el que se ubique a través del desarrollo de actividades socioculturales. Pero, como siempre ocurre en un concurso público, han surgido voces discordantes con la iniciativa. Uno de los solicitantes, A.N., de 30 años y con una discapacidad reconocida de más del 33 por ciento, califica las condiciones para poder optar a estos quioscos de «poco éticas», ya que según reza en el pliego de condiciones, el canon establecido es el 6 por ciento del valor estimado del inmueble. Este porcentaje es el que señala el Reglamento de Bienes de las Entidades Locales que indica que, para la utilización de los bienes patrimoniales, el usuario habrá de satisfacer un canon no inferior al 6 por ciento del valor total. En el caso de uno de ellos, al que intentaba optar A.N., el adelanto es de 1.216 euros, algo que «un joven autónomo como yo no puede permitirse. ¿Quieren acaso que me hipoteque con un banco para poder trabajar?», se pregunta. A este canon, hay que sumarle en un primer momento la garantía que el solicitante debe abonar obligatoriamente por ley para participar en el concurso, de unos 800 euros; aunque esta garantía siempre se le devuelve al interesado haya sido o no el adjudicatario final del quiosco. A pesar de ello, este solicitante indica que «soltar 2.000 euros de una vez para optar a algo que ni siquiera sabes si serás el elegido, es algo que mucho no nos podemos permitir», incidiendo en que solo pide que «las condiciones sean más accesibles y éticas». El Ayuntamiento ha respondido indicando que «el canon tiene su sentido al tratarse de un bien público de todos que la persona va utilizar en beneficio propio», apostillando que «se ha fijado el mínimo que marca el reglamento, un 6 por ciento, que es igual al que se aplica en otras localidades». Así, desde el Consistorio explican que si dividimos esa cantidad entre doce meses, «el adjudicatario estaría abonando un alquiler que va desde los 49.58 euros mensuales a los 101.33 euros». En cuanto a la situación laboral de los solicitantes u otras circunstancias como la discapacidad, concluyen que «no es un requisito indispensable, pero sí se valoran a la hora de la adjudicación». De hecho, por primera vez, el Ayuntamiento «primará en algunos quioscos las circunstancias sociales y laborales del solicitante por encima de otros criterios».

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