El domingo se cumple un año de la desaparición de Marta y en casa de sus padres, Antonio y Eva, se nota porque los teléfonos vuelven a sonar constantemente. Les trae muy malos recuerdos. Están tranquilos, acostumbrados a la prensa, amables como siempre. Mejor de ánimo. Pero cuando se sientan en el sillón del salón, donde han hablado tantas veces de la muerte de su hija, les cambia el semblante: otra vez el mismo mal trago, que soportan con infinita paciencia.
-¿Cómo recuerdan esos primeros momentos?
-(Antonio) Yo me pasaba el día en la cocina recibiendo llamadas y pasaba mucho tiempo mirando por la ventana por si la veía llegar. Y todavía miro, no sé, miro, no sé por qué lo hago pero todavía lo hago. (Eva) Por la ventana de la cocina hay un trozo de calle por la que normalmente venía Marta, la veías llegar por ahí, y mi marido dijo que mientras Marta no apareciera la luz de la cocina nunca se iba a apagar. Y todavía tiene la esperanza de asomarse por esa ventana y... es una esperanza absurda... (Antonio) Pues ahí está, sigue encendida. (Eva) Es muy triste que esa luz no se haya apagado todavía.
-¿Cómo tienen previsto pasar el domingo, cuando se cumple el primer aniversario?
-(Antonio) En casa, con las niñas, no queremos ese día más que quedarnos aquí en familia.
-¿Cómo lo llevan sus hijas?
-(Antonio) A ellas se les dijo la verdad, se lo dijimos nosotros. (Eva) El psicólogo dijo que censurarles les provocaba más interés, yo les expliqué que el niñato éste no dice más que mentiras y ellas saben perfectamente que el cuerpo de su hermana no se ha recuperado. Lo que me preocupa es que mis hijas, cuando les decimos que a Marta la ha matado Miguel con Samuel y El Cuco, lo que preguntan es "Pero están en la cárcel, ¿verdad mamá? Estarán mucho tiempo en la cárcel". Y cómo le explicas tú a unas niñas que están en la calle, habiendo matado a su hermana y hecho desaparecer el cuerpo. No sé qué se les pasará por la cabeza.
-¿Siguen pensando en buscar por su cuenta en Camas, después de haber dicho que la búsqueda de la Policía no era suficiente?
-(Eva) Yo entiendo que la Policía se tenga que basar en argumentos y no dudo de la empresa [que acreditó que la zanja donde la novia de Miguel dijo que él la había enterrado estaba cerrada el día del crimen], pero queremos quitarnos esa espinita. Son 20 metros, no es más. Mi padre ha contactado con los dueños de la parcela y hay empresas que prestarían la maquinaria.
-¿Cuándo van a entregar las firmas que están recogiendo para que se endurezca la ley?
-(Antonio) Llevamos 1,6 millones y ya aprovecho para decir a todo el que tenga firmas que las mande. No sabemos cuándo las llevaremos, pero no muy tarde.
-¿Siguen reclamando la cadena perpetua, pese a que no hay tradición en España?
-(Antonio) Pues sí. En países de nuestro entorno existe. Por qué no vamos a tener las mismas leyes, si estamos viendo que las nuestras dejan mucho que desear. (Eva) Para muchas cosas nos reflejamos en estos países y para lo que nos interesa no nos queremos reflejar. Pedimos cadena perpetua revisable para casos puntuales, no por robar un banco, pero es que con mi hija... no sólo se ha cometido un crimen sino que están machacando a la familia.
-Sería según la gravedad...
-(Eva) Que la ley lo mida con el mismo rasero que otro que en un momento determinado ha asesinado, se confiesa culpable, dice dónde ha arrojado el cuerpo... Es que esto no tiene nombre, es la vergüenza de la sociedad.
-Han sufrido por comportamientos que la ley permite.
-(Eva) No teníamos ni idea, yo siempre he pensado que una persona que ha cometido un crimen puede evitar declarar contra sí mismo, pero no decir una sarta de mentiras que a la sociedad le ha costado un dinero. Y a mí no me duele tanto, lo digo de corazón, como tantísimas personas que han arriesgado su vida. A mí me dicen que es su trabajo, ¡pero no es su trabajo meterse en el río que es traicionero y que te puedas quedar atascado! Y el vertedero ni digamos, lo desagradable que ha tenido que ser a quien le haya tocado buscar a nuestra niña. Y que no tenga un castigo quien miente... ¡Es que es muy fuerte, es que no tiene nombre!
-También piden el cumplimiento íntegro de las penas.
-(Antonio) Pedimos que por un asesinato no estés a los ocho años en la calle. Que le echen 50 de qué vale si no van a cumplir, con los beneficios penitenciarios.
-¿Asistirán al juicio?
-(Antonio) Yo sí. Después de todo lo que hemos pasado no creo que haya nada peor. (Eva) Yo quiero ir, no sé si tendré fuerzas.
-¿Siguen notando, pasado un año, el apoyo de la gente?
-(Eva) Sí. Que la gente siga con la misma fuerza y el mismo cariño creo que es reflejo de la impotencia que pueden sentir porque han matado a una niña y a los imputados nadie ha podido sacarles la verdad. Creo que esa impotencia la vuelcan en cariño.
-¿Sienten responsabilidad por ser ahora tan conocidos?
-(Eva) Sí, por ese apoyo que ha habido sin esperarlo. Sientes la necesidad ya no por tu hija, porque la recogida de firmas para cambiar las leyes a mi hija no le va a beneficiar porque Miguel Carcaño no va a cumplir cadena perpetua, pero que no haya más Martas, más padres con este calvario, que las mentiras no les salgan gratis a estos indeseables.
