Cultura

Rafael Peralta: medio siglo de rejoneo

Formado en la estela de su hermano Ángel, el rejoneador de la Puebla del Río había debutado en público en la plaza de toros de Constantina en 1957. Sólo dos años después, el 30 de mayo de 1959, se presentaba en la Feria de San Isidro, considerándose en aquellos años, a efectos de antigüedad, el debut en la plaza de Madrid que se consideraba alternativa.

el 16 sep 2009 / 03:32 h.

Formado en la estela de su hermano Ángel, el rejoneador de la Puebla del Río había debutado en público en la plaza de toros de Constantina en 1957. Sólo dos años después, el 30 de mayo de 1959, se presentaba en la Feria de San Isidro, considerándose en aquellos años, a efectos de antigüedad, el debut en la plaza de Madrid que se consideraba alternativa.

Aquel día se lidiaron toros de Sánchez Cobaleda para Rafael Peralta, Julio Aparicio, Manolo Vázquez y Curro Girón, causando el jinete de la Puebla una gratísima impresión. Rafael Peralta se mantuvo en activo 44 temporadas ininterrumpidas en un caso único de longevidad taurina. Ídolo en América, el menor de los Peralta lideró el escalafón en varias temporadas. En el 72 llegó a actuar 112 tardes cortando 363 orejas y 96 rabos. Además, hasta la década de los 90 logró mantenerse en la primera fila del escalafón ecuestre.

Formó parte de aquel legendario cartel de los Cuatro jinetes del Apoteosis junto a Álvaro Domecq Romero, su hermano Ángel y el portugués Lupi. Aquel cartel implicaría la oficialidad a las corridas del arte del rejoneo sentando las bases del toreo a caballo profesional en España. Dentro de su estilo, Rafael Peralta fue uno de los precursores de la invasión de los terrenos del toro, citando de frente, para clavar al pitón contrario sus vibrantes pares al quiebro y a dos manos.

En el apartado estadístico hay que recordar que Peralta cortó el primer rabo obtenido por un rejoneador en Sevilla, en 1965. En su palmarés cuenta con varias puertas del Príncipe y puertas grandes en Madrid, y aún fue capaz de cortar una oreja en la Real Maestranza con más de 60 años. Sigue ligado al mundo de toro y el caballo, como uno de sus nudos más relevantes.

Al veterano rejoneador esta efemérides le ha pillado "de sorpresa". Entre sus recuerdos hay un lugar especial para su hermano Ángel: "Hay un antes y un después de Ángel Peralta en el rejoneo. Él es el que hizo que este arte esté a la altura que hoy está. Mi hermano supo mantener el impass entre los tiempos de Cañero o Álvaro Domecq y Díez hasta nuestra época".

Ángel y Rafael fueron precursores en la profesionalización del rejoneo y aportaron, entre otros hallazgos, el toreo por colleras: "En el festival que se organizó para homenajear a Vicente Pastor en Madrid, Ángel y yo rejoneamos un toro juntos porque había muchos toreros en el cartel. Aquel fue el comienzo de las colleras y nos contrataban a los dos con un toro".

"Los años de los Cuatro Jinetes del Apoteosis fueron la Edad de Oro del rejoneo", rememora Rafael, que recuerda la "sana competencia y las ganas de triunfar que teníamos todos". Rafael no llegó a anunciar una despedida oficial aunque se mantuvo en activo hasta 2000. "Nunca llegué a retirarme formalmente. Había comentado con el recordado Diodoro Canorea que quería actuar en Sevilla hasta ese año y llegué a estar anunciado pero un toro me partió el peroné en un pueblo y no llegué a actuar. Llegué a recibir sustanciosas ofertas por realizar una temporada de despedida pero opté por dejar de torear sin hacer ruido y hasta ahora".

Peralta recuerda la dureza de sus inicios, las dudas de un rejoneador incipiente que tenía que superar la exigente sombra de su hermano Ángel para sobresalir. A punto de tirar la toalla después de actuar en Medina del Campo en 1958, un rabo cortado al día siguiente en la plaza de Murcia terminó de animarle a perseverar en una profesión a la que ha dedicado toda su vida. Rafael sigue muy de cerca el dulce momento que atraviesa el rejoneo: "Para los de nuestra generación es una satisfacción. Pusimos los cimientos para que hoy se viva esta pujanza. En aquellos años había quien hablaba del número del caballito y nosotros logramos elevar el nivel preparando el terreno de los grandes artífices de hoy".

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