-Usted vivía en Bagdad antes y durante Sadam Hussein. ¿Aceptó el pueblo ese cambio?
-El golpe cambió mucho al pueblo. Antes estaban gobernados por un militar que nunca se metió en guerra y que aprovechaba los recursos del petróleo modernizando el país. Los iraquíes mandaban a sus hijos a estudiar fuera, incluso veraneaban en el extranjero. Con la llegada de Sadam, todo eso quedó cortado. El pueblo llamaba a la guerra contra Irán, la guerra impuesta.
-Usted mantiene el trato con muchos ciudadanos iraquíes. ¿Cómo están tras la invasión de Estados Unidos?
-Cada vez me da más miedo preguntar, sobre todo por alguna persona concreta... Han sido muchos conflictos: Kuwait, la guerra del Golfo, la invasión, etc.
-¿Podrá Irak salir sola a flote a partir de ahora?
-Hay una descomposición absoluta del país. La pasada semana hubo un ataque a mezquitas e iglesias. Es un todos contra todos. El Gobierno actual no es dueño de la situación. El país está muy dividido y sigue habiendo gente muy insensata.
-¿Ha sido correcto el papel que ha jugado Occidente en este conflicto?
-Occidente ha tenido mucho papeles. El problema es que una intervención militar para solucionar un problema es inviable en cualquier parte del mundo. A las pruebas me remito: en Afganistán sólo se está provocando más inestabilidad.
-¿Y el problema de los talibanes cómo se podrá resolver?
-Con mucho tiempo, imagino. Además, hay que ser consciente de que el problema de Afganistán viene de muy antiguo y no se puede llegar directamente con un ejército. El país tiene un problema tribal enorme que ha sembrado una gran división. Es posible, pero va a costar mucho tiempo si se quieren ordenar los asuntos para un futuro.
-Ahora mismo todo lo que suena a musulmán da cierto miedo. ¿Hay que tenerlo?
-No. La sociedad actual identifica a lo árabe y musulmán con Osama bin Laden (el terrorista más buscado). Además, le digo que la religión es un elemento peligroso que en las relaciones internacionales crea tensiones innecesarias. Y hay valores universales válidos para cualquier tipo de opción religiosa, personal o política. Decir que el Islam es incompatible con la democracia es una auténtica falacia política.
-Y el Islam, ya que lo menciona, ¿pide la lapidación a las mujeres adúlteras o es una interpretación partidista?
-Absolutamente partidista. Averrores, juez de Sevilla en el siglo XII, ya decía que la mujer tiene los mismos derechos y deberes del hombre. El fundamentalismo es un modo excesivo de vivir la fe que no tiene razón de ser. El Corán es interpretable pero es un texto progresista en el que la mujer es objeto de derechos.
-¿Y el burka y el velo islámica, de dónde salen?
-Hacen mucho daño a la mujer. Hace tres décadas se veían muy poco estas vestimentas. Es un signo de atraso y algunos insisten en que es una forma de ocultar la falta de fe.
-En España hay cada vez más musulmanes. Los ciudadanos suelen rechazar las mezquitas cerca de los núcleos residenciales. ¿Por qué?
-Creí que ya estábamos completamente vacunados contra la separación tribal, pero seguimos identificando a la población magrebí con el Islam, y muchos ciudadanos desvían las tensiones sociales hacia los musulmanes.
