Si el vicepresidente Rufino González fue claro a la hora de tratar la posible venta del club, qué podría decirse de su análisis de la marcha del equipo. "A algunos jugadores no los veo metidos al cien por cien con la camiseta del Betis", lamentó. Antes, Somoza ya había hecho su particular autocrítica.
Rufino González se despachó ayer a gusto contra la plantilla, a la que consideró directamente responsable de la espantosa situación en que se desenvuelve el equipo. "Tengo las ideas muy claras. Para mí, los que ganan y pierden son los jugadores. El domingo, por ejemplo, los que pierden el partido son nuestros jugadores, el entrenador ahí está totalmente desamparado", aseguró el vicepresidente, que fue endureciendo su crítica a medida que hablaba: "Cuando hay una trayectoria como la que llevamos, a los jugadores hay que darles un pellizquito. Deben obligarse más hacia el Betis, algunos salen demasiado relajados, no los veo al cien por cien metidos con la camiseta del Betis", añadió el directivo, para quien "hay algunos cuyo ciclo en el Betis ha terminado". "Hay que ver qué jugador no da al club lo que le debe dar", sentenció.
Según Rufino, "lo mínimo que se le puede pedir a un trabajador es honestidad y rendimiento". En cambio, él advierte que "algunos jugadores no están como locomotoras en el campo", por lo que pidió medidas radicales: "El míster tendrá que tomar cartas en el asunto, y si algunos no están para jugar, habrá que recurrir a otros. Me da igual que sean del filial o de los juveniles", recalcó el segundo del consejo, que exculpó a Héctor Cúper porque "es totalmente honesto y un trabajador nato".
Horas antes de estas declaraciones, que seguramente tendrán resonancia en el vestuario, a Leandro Somoza le dio por efectuar una autocrítica tan profunda como que atribuyó toda la culpabilidad de lo que ocurre a los futbolistas. "Lo que pasa no son cuestiones de entrenamiento ni errores tácticos o técnicos, son errores individuales. No sé si el cambio de técnico es lo conveniente, hace ya tres años que está pasando lo mismo y no sé cuántos entrenadores habrán pasado por esta plantilla, pero creo que han sido muchos", dijo el argentino, quien también confesó que "el vestuario está golpeado" después de la derrota ante el Levante.
Capi, por su parte, reconoció que al técnico no se le puede reprochar casi nada: "Los errores fueron individuales, el entrenador no tiene la culpa de que el equipo cometa esos fallos".
