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Rajoy acude al rescate de Zoido

el 22 feb 2012 / 22:48 h.

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Al mismo Juan Ignacio Zoido que hasta el pasado 20 de noviembre cuestionaba cada acto que organizaba alguna administración socialista en las proximidades de una cita con las urnas, ayer le llegó un balón de oxígeno desde el Gobierno de Mariano Rajoy con tintes claramente electorales. El alcalde de Sevilla y cabeza de lista de los populares al Parlamento andaluz está a punto de afrontar una campaña con una oposición que ha empezado a encontrar un filón en Plaza Nueva y sin conseguir resolver los principales proyectos que abanderó al llegar a la Alcaldía.

Zoido, un alcalde dividido entre la Federación Española de Municipios y Provincias, su candidatura al Parlamento autonómico, su papel como miembro de la dirección federal del PP y el gobierno de la cuarta ciudad más importante del país empieza a dar muestras de falta de control de los asuntos internos de Plaza Nueva. En sólo una semana, casi a las puertas de la campaña, Zoido se encuentra con que se ha reactivado el debate del Plan Centro, que nunca ha sabido zanjar; se ha puesto en duda seriamente su promesa de transparencia y de supresión de prácticas de "enchufes y contratos de partido"; y la imagen de austeridad la ha puesto en entredicho su propio gobierno con las designaciones de altos cargos con sueldos superiores a los establecidos por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Pero frente a la debilidad local de Zoido, el alcalde tiene una fortaleza con la que no ha contado un primer edil en Sevilla desde hace muchos años. El regidor es un símbolo del partido que más poder ha acumulado en la historia reciente del país y su peso en Madrid a nivel institucional y orgánico es tal que ha conseguido no sólo que los proyectos de Sevilla del Ministerio de Fomento esquiven los recortes sino que incluso renazcan después de caerse de las prioridades hechas públicas por el Gobierno central en su anunciado plan de austeridad.

Fomento considera ahora prioritarias las obras de la SE-40, la ampliación del Cercanías para conectar con el Metro -el mismo que difícilmente se podrá ampliar tal y como Zoido ha prometido, o sea todo a la vez, gobierne quien gobierne en marzo-, la rehabilitación de Santa Catalina, la construcción de la SE-35 que el Ayuntamiento necesita para salvar su imagen en el proyecto de Ikea y ni siquiera cierra las puertas a participar en el Metro, aunque siga sin concretarse cuánto aportará. Y no sólo eso, es capaz de encabezar el movimiento contra la Torre Pelli que Zoido lideró en la oposición y abandonó al llegar al gobierno sirviendo de escudo a un alcalde que no ha acabado de aclarar su postura.
La crisis ha desaparecido de pronto para las infraestructuras de Sevilla. Ahora, hay dinero prácticamente para todo. El problema es que de todo lo anunciado, nada tiene una cuantía fija ya en los Presupuestos del Estado. Ésos que se aprobarán tras las elecciones andaluzas.

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