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Rajoy asegura que el Gobierno deja "la peor herencia" pero que él no está para "asustarse" sino para "tomar decisiones"

el 14 ago 2011 / 14:39 h.

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El presidente del PP, Mariano Rajoy, tras estar dos semanas de vacaciones, reapareció ayer en la Feria del Pulpo de O Carballiño (Ourense), donde volvió a proponer que se adopten “reformas estructurales” para reducir el déficit, pero no llegó a concretar en qué consistirán ni cómo afectarán a los ciudadanos. Se limitó a repetir que las “medidas aisladas” sirven de poco y a pedir una modificación en la Ley de Estabilidad Presupuestaria y que se fije un techo de gasto y endeudamiento a las Administraciones locales, provinciales, autonómicas y la central.

También defendió la necesidad de terminar con las “duplicidades” entre administraciones públicas y de que “no aumente el número de empleados públicos”. De igual modo, abogó por la supresión de “muchos” organismos públicos y entes autónomos y la simplificación de la Administración.

Sí admitió, sin embargo, que “lo que viene no es fácil” ya que el Ejecutivo ha dejado “la peor herencia con la se ha encontrado un Gobierno en la historia de la democracia”, si bien aseguró que el PP está para “tomar decisiones” y no para “asustarse”.
“No estamos para protestar, asustarnos ni llorar”, dijo sino para –de ganar las próximas elecciones generales– “recibir la herencia” que deje el actual Ejecutivo y para “tomar decisiones, gobernar y hacer las cosas bien”.

Rajoy, quien recordó que ha tenido responsabilidades como concejal, como vicepresidente de la Xunta, en el Parlamento de Galicia y en varios ministerios, destacó que, de ganar los próximos comicios del 20 de noviembre, el PP gobernará con la prioridad básica del “crecimiento económico” y la “creación de empleo”, apoyando a los emprendedores. Así, tras reiterar que las cosas no serán fáciles porque, a su juicio, se han hecho “rematadamente mal”, dio un mensaje esperanzador diciendo que “esto tiene salida”.

Al respecto de lo que puede pasar en los próximos meses, el líder de los populares, destacó que “en un país serio los periodos de interinidad duran poco” y afirmó que en los cuatro meses que quedan hasta las elecciones el Gobierno tendrá “muy difícil” presentar un plan para cuatro años, que luego habrá que constituir el nuevo Ejecutivo y que “los presupuestos quedarán para el año siguiente”, por lo que “eso es retrasar las decisiones que tiene que tomar el Gobierno de España”. “No estamos para perder el tiempo”, aseveró. Respecto a la situación que viven España e Italia, el presidente del PP manifestó que Italia y España son “países distintos” por lo que cada país necesita sus “propias medidas”, remarcó, aunque reconoció que ambos tienen el mismo problema de “dudas con la deuda”.

No obstante, indicó que en España hay un “problema mayor” porque “no crece económicamente” y su paro es “más del doble” que el de la media europea. En ese sentido, recordó cifras como que más del 20% de los españoles que quieren trabajar no pueden hacerlo y que este porcentaje alcanza hasta el 45% en los jóvenes.
Por ello, defendió que España “requiere sus propias y específicas medidas” con el objetivo “capital” de la creación de empleo. Para ello, incidió en que las administraciones deben reducir sus gastos porque “nadie debe gastar lo que no tiene”.

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