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Rajoy muestra sus poderes

El presidente del Gobierno aterriza en Sevilla en un foro económico de máximo nivel para dejar claro su total respaldo al líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, y defender cómo España ha dejado atrás la crisis económica.

el 15 jul 2014 / 14:02 h.

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El presidente del Gobierno, MarianoRajoy, desembarcó ayer en Andalucía con dos misiones. La primera, dar su respaldo al líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, cuestionado internamente en sus filas tras los resultados de las elecciones europeas y ante un liderazgo que no acaba de emerger. La segunda, contar a lo más granado del empresariado sevillano y andaluz que la crisis es pasado y que en él y en su Gobierno tienen un aliado de excepción para acelerar la recuperación económica. Rajoy participó en un foro organizado por la Fundación de Cámaras de Comercio de Sevilla en el club Antares, con asistencia de representantes económicos y muchos alcaldes de su partido. Su visita era la primera después de que en las últimas elecciones europeas el PP andaluz rompiera su racha de victorias con un resultado muy malo.Fue el estreno del líder del partido en Andalucía, Juan Manuel Moreno, que tomó las riendas en marzo tras meses de desconcierto interno, con el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, como líder interino pidiendo el relevo y Génova mirando hacia otro lado. Finalmente, Rajoy señaló, contra pronóstico, a Moreno Bonilla. Un secretario de Estado sin vida orgánica en Andalucía, que arrinconó al entonces favorito, el alcalde de Tomares (Sevilla), José Luis Sanz, que asistió ayer a la conferencia desde una de las filas intermedias. rajot El aterrizaje del joven malagueño no ha sido fácil. En sus filas cunde la inquietud y el nerviosismo ante un dirigente al que muchos dentro del PP ven falto de liderazgo, sin garra política suficiente para hacer frente al ciclón de Susana Díaz y que, además, no ha dado ni una muestra de haber entendido el mensaje que le lanzó el electorado andaluz, con una pérdida de 330.000 votos en mayo tras tres victorias históricas del PP encadenadas en Andalucía en las últimas municipales, generales y autonómicas. En San Fernando, sede del PP andaluz, se pide calma y tiempo. Los alcaldes, los grandes poderes de un partido que gobierna las ocho capitales de Andalucía y que tiene en los regidores su principal caudal político, no lo tienen. Las municipales están a la vuelta de la esquina, en mayo de 2015, e internamente muchos regidores y diputados andaluces no ocultan su preocupación. Cuestionado internamente y atacado públicamente por los socialistas por estar «escondido», Rajoy vino ayer a Sevilla a dar la cara por su pupilo. Y cerró ese apartado de su intervención con un «Dicho esto, que era muy importante». Esto era una arenga a favor de Moreno Bonilla para que a nadie le quede dudas de que cuenta con todo su respaldo. Una «apuesta segura y de futuro», aseguró, un «parlamentario de raza» y un exsecretario de Estado que ha dejado «huella» en Madrid y del que valoró muy especialmente su «coraje, ganas y fuerza» y su opción de haber dejado un «puesto más cómodo» en el Gobierno para liderar la oposición en Andalucía. «Cuenta con nuestro apoyo y nuestro respaldo», dejó claro. También Rajoy, contra quien el Gobierno andaluz de PSOE e IU ejerce una dura oposición en Andalucía, se esforzó por dejar claro que valora el avance de esta tierra en los últimos cincuenta años y asegurar, frente a las denuncias de maltrato desde la Junta, que esta comunidad «tiene que decir mucho en el futuro de España y lo va a decir». Estas palabras son importantes, sobre todo, porque es sabido desde el PP andaluz que en muchas ocasiones el peor enemigo de este partido está en las reflexiones y los palabras de dirigentes populares desde Madrid o el Gobierno, a las que se aferran exitosamente, por ahora, los socialistas, para hacer campaña política contra los agravios contra Andalucía. Quedó dicho ante la plana mayor del PP, incluido Javier Arenas o el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, y ante muchos empresarios, incluido el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, que posiblemente entenderían mucho mejor la segunda parte del discurso del presidente. Ese sí versó sobre economía, sobre el pasado, presente y futuro de una España que, a ojos de Rajoy, es un país «con fundamentos» y motivos para «el orgullo» por la manera en la que, aseguró, ha salido de la crisis. Ahora, apeló, hay que poner el acento en «las fortalezas». Los indicadores económicos y las previsiones de crecimiento, avaladas por organismos internacionales, «no caen del cielo» y refuerzan las tesis del Gobierno. 2015, aventuró el líder del PP, «será peor que 2016». Rajoy defendió las medidas adoptadas por su gabinete, incluso las más duras, y sostuvo que se han hecho sin menoscabar los pilares del Estado del Bienestar: pensiones, salud, educación y dependencia. Justo lo contrario de lo que le reprochan desde el PSOE. Defendió con ahínco los beneficios de la reforma laboral, del plan de proveedores o del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y garantizó que la reforma fiscal que va a aprobar su Gobierno dejará en los bolsillos de los españoles 9.000 millones de euros en los dos próximos años. «Queda muchísimo por hacer», dijo el presidente, convencido de que los datos de paro seguirán dando buenas noticias en julio y de que con las reformas estructurales acometidas no se repetirá una crisis de esta envergadura en España «por malo que sea el Gobierno que venga». Atrás quedó aquel 2012, «el peor año, el más dramático» y los discursos churchillianos deRajoy de «sangre, esfuerzos, lágrimas y dolor», llamando a los ciudadanos a asumir los sacrificios. Su toque de atención fue para las entidades financieras, a las que avisó de que no está contento con las restricciones que siguen existiendo al crédito. Moreno Bonilla fue el encargado de presentarlo: «El mejor aliado de Andalucía en el peor momento económico» de la comunidad, dijo. El PP andaluz criticó que la presidenta Susana Díaz no asistiera al acto aunque estuviera invitada. El Gobierno andaluz denunció la «opaca» visita del presidente. Rajoy y Moreno Bonilla estrecharon ayer su alianza política y almorzaron juntos. Para que nadie lo dude.

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