La crisis abierta en el PP ni se calienta ni se enfría. El órdago lanzado por María San Gil al presidente del partido sigue en pie y Mariano Rajoy no logra convencerla para que se eche atrás. Fuentes de la formación dicen que el tono entre ambos fue cordial en su reunión del miércoles, pero no hubo acercamiento.
El encuentro, celebrado en Vitoria después de que visitaran la capilla ardiente del último guardia civil asesinado por ETA, Juan Manuel Piñuel, fue prácticamente improvisado. La presidenta del PP vasco le trasladó personalmente a Rajoy los argumentos que había expuesto antes en público para retirarse de la ponencia política popular.
Según las fuentes populares consultadas, fue una conversación muy franca y directa. Aunque de buen tono y cordial, la dirigente vasca le dijo al presidente del PP que había perdido la confianza en él. Asimismo, le reprochó una cierta falta de liderazgo.
Por su parte, el líder popular reiteró también, como hizo un día antes en los pasillos del Congreso, que sigue defendiendo las mismas posiciones de la legislatura pasada y que no va a cambiar de estrategia.
Asimismo destacó que sigue siendo el mismo de siempre, que el PP tiene un programa que seguirá defendiendo.
Ultimátum. El encuentro finalizó sin avances, con lo que la amenaza de San Gil de dejar su cargo en Euskadi en un plazo de 40 días sigue en pie. La líder de los populares vascos aseguró, el miércoles por la mañana ante los medios y por la noche en la misma cara de Rajoy, que si el líder no cede, no será la presidenta del PP vasco más allá del congreso regional del partido. Dicho cónclave podría adelantarse y celebrarse a principios de julio, con lo cual el PP quedaría descabezado de cara a unas posibles elecciones anticipadas en el País Vasco si no prospera la consulta de Ibarretxe.
En este contexto, preocupa que las cosas no vayan hacia delante ni hacia atrás, ya que, según fuentes del PP vasco, las cosas siguen como estaban el miércoles por la mañana. No ha sucedido nada que lleve a San Gil a recuperar la confianza perdida en la dirección del partido y de la que depende su continuidad.
No obstante, las dos partes, a petición de Rajoy, convinieron la posibilidad de celebrar próximamente una reunión a solas para intentar superar la crisis, ya que aquel encuentro, además de ser improvisado, contó con la presencia de la cúpula del PP vasco. La reunión, que duró aproximadamente hora y media, tuvo lugar en un hotel próximo al aeropuerto vitoriano de Foronda. Previamente, ambos líderes tuvieron la oportunidad de conversar en los distintos trayectos que hicieron conjuntamente en coche, tras la visita a los hospitales y a la capilla ardiente de la última víctima de ETA.
Pese a la delicada situación, Mariano Rajoy continúa dejando claro que aunque el PP vive un momento difícil él tiene ganas, está apoyado por la mayoría del partido y considera que saldrán adelante.
la ponencia. Por su parte, el presidente del partido en Canarias, José Manuel Soria, que acompañó a San Gil en la redacción de la ponencia política del PP, dijo que los nuevos tiempos de la formación requieren de nuevos enfoques, pero no implican renunciar a los valores sobre los que se sustenta el proyecto político.
Soria añadió que sería legítimo que en el Partido Popular hubiera un debate sobre personas, pero es algo que no se ha visto. Sí reconoció el líder canario que en el seno de su formación ya hay un debate de ideas, que se dirimirá en el congreso.
