El presidente del PP, Ma-riano Rajoy, se refirió ayer de nuevo a las presuntas escuchas ilegales que sufren miembros de su partido, aunque aclaró que "en mi caso concreto, no puedo decir que a mí me hayan pinchado el teléfono". Así respondió Rajoy en una encuesta digital a los lectores de El Mundo.
No obstante, Rajoy mantuvo la acusación e insistió en la "persecución" que a su juicio están sufriendo los dirigentes del PP. "Nosotros hemos puesto una denuncia por varios delitos. El juez la ha admitido a trámite y ha pedido ya a la Policía Judicial que se comunique la identidad de los funcionarios que han intervenido en las labores de escucha y grabación de comunicaciones telefónicas", recordó.
"En Baleares es donde ha sido más patente la utilización de la Fiscalía o las detenciones de personas por parte de las autoridades gubernamentales. El concepto de la democracia que tienen algunas personas es manifiestamente mejorable", añadió Rajoy, quien recordó que "en este país ya tuvo que dimitir un vicepresidente del Gobierno, el señor Serra, por escuchas ilegales".
Respecto a los presuntos casos de corrupción en los que están implicados varios dirigentes populares, Rajoy salió en su defensa. Sin embargo, no dudó en exigir al vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, que "dé la cara" y "que explique en el Congreso de los Diputados por qué concedió una subvención por un importe de diez millones de euros" a una empresa en la que su hija trabajaba como apoderada.
Rajoy en este encuentro digital con lectores de El Mundo no hizo referencia a las críticas que realizó el domingo al PP el ex presidente de Gobierno y presidente de la Fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra. Lo dejó en manos de su portavoz en el Congreso de los Diputados, Soraya Sáenz de Santamaría, quien indicó que considera "una pena" que "gente" con la capacidad de Guerra, "hayan quedado para el chiste anual y poco más". "Ésta es la gracieta anual", señaló Santamaría en declaraciones a Antena 3 recogidas por Europa Press, refiriéndose a las declaraciones de Guerra, quien acusó al PP de tener "alergia a la democracia" porque "confunde corrupción con inquisición".
