Mariano Rajoy despejó ayer su futuro al anunciar que seguirá al frente del PP y que se presentará a la reelección a la presidencia del mismo, con vistas a ser el candidato de su partido en las generales de 2012. Para ello deberá ser elegido en el Congreso Nacional, al que llevará un nuevo equipo. Este congreso se celebrará en junio, y al mismo se presentará un Rajoy que se ve avalado por los resultados de las elecciones generales y porque "es lo mejor para el PP y para España".
Después de que el pasado domingo el PP perdiera las elecciones con 153 escaños frente a los 169 del PSOE, Rajoy presidió ayer el Comité Ejecutivo, órgano de gobierno y administración del partido entre congresos, que celebró su reunión a puerta cerrada durante una hora y cuarto.
Cuando todas las previsiones apuntaban a que Rajoy dejaría la Presidencia del partido tras haber perdido dos elecciones generales y tras el lacónico "adiós" con el que se despidió el pasado domingo desde el balcón de la calle Génova, al final anunció que se presentará al congreso de su partido con el objetivo de volver a ser el candidato a la Presidencia del Gobierno y ganar los comicios de 2012. "Esto tiene buena pinta", comentó al ser preguntado si le parece que cuenta con respaldos dentro de su partido para ello.
Convencido. El líder del PP explicó que concurre a la reelección porque la candidatura que él ha presidido "ha mejorado resultados" el pasado domingo en votos, escaños y porcentaje, y porque cree que "es lo mejor para el PP y lo mejor para España". Además, subrayó que cuenta con un "buen proyecto político para los españoles, que se ha plasmado con objetivos y medidas en el programa electoral", y que "hay más de diez millones de españoles que han dado su apoyo" a la candidatura que él encabezaba.
También detalló que se presentará al Congreso con su "propio equipo" y que propondrá lo mismo que ya figuraba en su programa electoral, al igual que puede hacer, ha dicho, cualquier militante que quiera presentar su propia candidatura "con el equipo que estime oportuno y conveniente proponiendo lo que quiera proponer". Eso sí, precisó que no desvelará los nombres de los componentes de su equipo hasta el día antes de las votaciones del Congreso, aunque en su entorno se da por hecho que soltará lastre con la línea más dura y prescindirá, entre otros, de Ángel Acebes y Eduardo Zaplana.
Durante una larga rueda de prensa, Rajoy sostuvo que hace mucho tiempo que se siente "muy libre" y "muy independiente" dentro del PP, pese a reconocer que él no es indispensable dentro de un partido "muy grande y muy bregado como para depender de una sola persona", y aseguró, al ser preguntado al respecto, que no se siente cuestionado por ningún dirigente de su formación. De hecho, la decisión del presidente del PP de continuar fue recibida por los dirigentes populares en pie y con aplausos y, todos ellos sin excepción, cerraron filas en torno a Rajoy.
En relación con su grado de independencia dentro del partido, Rajoy afirmó que el ex jefe del Gobierno José María Aznar "no ha intervenido nada" estos años en la vida del PP y "se ha portado como un señor, que es lo que es".
Fuentes del PP explicaron que no hubo voces críticas en la reunión y que cuando les anunció su intención de presentarse al congreso los dirigentes respiraron "aliviados". Cuestionado sobre si sentiría incómodo con que la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, decidiese presentar su candidatura al congreso, afirmó: "A estas alturas de mi vida me siento incómodo con bastantes pocas cosas".
Sin autocrítica. Respecto a las elecciones del domingo, admitió que en la reunión de ayer no se analizaron en profundidad, aunque destacó la alta participación y los resultados históricos que ha cosechado el PP, los segundos mejores de su historia. Según una somera evaluación de estos resultados, el PP ha recogido el voto del centro y de la derecha, y buena parte de los sufragios que tradicionalmente daban su apoyo al PSOE, que, por su parte, ha arrebatado votantes de la izquierda.
Por otra parte, sobre los temas que le gustaría pactar con el PSOE, se refirió a la política territorial, a la derrota del terrorismo, a la política exterior y a la consolidación del sistema de protección social en lo referido a sanidad y pensiones.
"Estoy dispuesto a hablar de lo que se me plantee, pero si lo que se me plantea es darme castañazos, qué quiere que haga yo, no me los voy a comer con patatas", ironizó, antes de asegurar que la próxima legislatura defenderá la nación española y apostará por la derrota de ETA y no por la "negociación política". Además, confía en que José Luis Rodríguez Zapatero, que "en la primera legislatura ha gobernado en contra de mucha gente", ahora "no lo haga".
