Ya lo dejó claro durante la campaña de las generales cuando, en un mitin en Sevilla, Mariano Rajoy se comprometió a hacer "más de lo que pueda" para aupar a Javier Arenas a San Telmo. El presidente del Gobierno apareció ayer en un acto público por primera vez desde que fue investido. Lo hizo en la convención regional del PP, que se celebra hasta hoy en Málaga, y que supone el pistoletazo de salida de la campaña del 25 de marzo, las elecciones autonómicas más reñidas y decisivas de la democracia. También fue su primer baño de multitudes después del duro paquete de ajustes, que incluye subida de impuestos, para contener el déficit. PSOE y PP se lo juegan todo en estos comicios. Rajoy, haciendo suya una expresión del dirigente andaluz, fue tajante en su encargo a Arenas: "Te ordeno que salgas de la lista de espera". Aseguró que Andalucía "necesita el cambio" político y que las autonómicas serán "un grito esperanzado contra el conformismo, la resignación y la corrupción".
Arenas lleva tiempo con la broma de que es "el último de la lista de espera", después de que tras las municipales, autonómicas en el resto de comunidades y generales, la mayoría de sus compañeros estén ya en el poder. El mapa de España se ha teñido de azul y, junto a País Vasco, solo queda por disputarse Andalucía. Por primera vez los populares tienen posibilidades reales -todas las encuestas lo auguran- de gobernar la comunidad y poner fin a 30 años de hegemonía socialista. El PP va a echar el resto en estos comicios y tanto el presidente del Gobierno como sus ministros vendrán a menudo en campaña. Ayer intervinieron en la cumbre de Málaga los titulares andaluces Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda; y Fátima Báñez, de Empleo. Hoy participará la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. No faltaron ayer el presidente de la patronal andaluza, Santiago Herrero, y los dirigentes de UGT y CCOO, Manuel Pastrana y Francisco Carbonero, respectivamente.
El viento sopla a favor del PP. Según la última encuesta del Instituto de Estudios Sociales Avanzados, el 72,8% de los andaluces quieren un cambio en la Junta. Además del desgaste de tres décadas en el poder, al Gobierno andaluz le puede pasar factura el escándalo de los Expedientes de Regulación de Empleo irregulares pagados con dinero público. Todos los dirigentes del PP se refirieron ayer a este asunto. Rajoy consideró que las autonómicas deben ser "un grito esperanzado contra el conformismo, la resignación y la corrupción". Arenas defendió a una "tierra donde mucha gente se ha curtido bajo el sol del campo o faenando en el mar, tierra de gente decente y honrada". "Muchos andaluces tuvieron que emigrar, y no puedo aceptar que nadie identifique al conjunto de Andalucía con quienes han expoliado 1.000 millones de euros con los fondos de los ERE y los parados. Que nadie se confunda", sentenció.
"Las cosas se pueden hacer mejor y las vamos a hacer mejor", prometió Rajoy. Ahí cosechó los aplausos encendidos del auditorio, que le gritaba "presidente, presidente". Rajoy señaló que todo el partido está con Arenas, porque "creemos en Andalucía y en su potencial y porque tenemos la convicción de que las cosas se pueden hacer y se van a hacer infinitamente mejor". "Aquí hay mucho por hacer, un enorme potencial por desarrollar y es necesario el cambio", añadió. Se mostró convencido de que Andalucía volverá a ser "punta de lanza del cambio político", como ya lo fue en las pasadas elecciones municipales y en las generales, en las que "obtuvimos un magnífico resultado". En las dos citas con las urnas el PP ganó por primera en la comunidad y esa victoria fue la que posibilitó la llegada de Rajoy a La Moncloa. Por eso dijo que su Gobierno "estará a la altura de las circunstancias y devolverá con creces la confianza que nos dieron los andaluces". "Me gusta venir a Andalucía y vendré siempre que el PP-A necesite de mí", apostilló. También la ministra de Empleo dio por hecha la victoria: "Los van a gritar cambio en las papeletas", pronosticó Fátima Báñez.
Arenas auguró que si gana y gobierna en Andalucía, se encontrará "un agujero" en las cuentas públicas "más significativo que el que ha recibido el Gobierno de España, que ya es decir". Indicó que es una situación que saben, intuyen y están "preparados, desde el primer momento, para afrontarla desde la austeridad y la reforma". Esa advertencia de Arenas, que repiten todos los dirigentes del PP andaluz, es significativa. Rajoy negó machaconamente durante la campaña de las generales que fuera a subir impuestos y nada más llegar los subió porque alegó que el déficit que heredó era mucho mayor del cifrado por el Gobierno socialista. Arenas ha prometido que si vence, eliminará hasta cuatro impuestos autonómicos y bajará otros. De momento, mantiene su promesa, pero está por ver si podrá hacer lo mismo si llega a la Junta.
