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Rajoy pierde las riendas del PP

El ‘Gürtel' y Caja Madrid vuelven a poner en cuestión el liderazgo del presidente popular

el 31 oct 2009 / 21:14 h.

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El presidente del PP, Mariano Rajoy.
Tras los últimos acontecimientos, a los periodistas les será más rentable hablar del octubre negro que de los lunes negros del PP. Las aguas no terminan de calmarse en Génova y el liderazgo del presidente popular, Mariano Rajoy, está de nuevo en cuestión por la guerra de Caja Madrid y la expulsión de Ricardo Costa, Ric para los amigos.


A Rajoy no le bastaba con una trama de corrupción que, desde febrero pasado, viene embadurnando la imagen del Partido Popular; tampoco era suficiente con el ridículo al que el partido se ha visto expuesto por el enfrentamiento entre Génova y el feudo valenciano a cuenta del ex secretario general. Sino que encima la lucha por controlar la cuarta entidad financiera española ha abierto de par en par la herida más sangrante del PP: la división entre el PP nacional y la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre.

La lideresa popular lo explicó bien el pasado martes cuando, tras las palabras que Manuel Cobo -¿casualmente? mano derecha de Gallardón- le dedicó en El País, se quejaba amargamente de que quienes la critican "le están haciendo la campaña al PSOE". Y es que no es nada nuevo que el PP no tiene mayor enemigo que sí mismo.

Rajoy ha vuelto a enfrentarse a una semana catastrófica precisamente cuando una nueva encuesta, esta vez de Simple Lógica, le pone 4,4 puntos por delante del PSOE en intención de voto. De celebrarse ahora las elecciones, según este sondeo -que confirma los datos de otros anteriores- el PP ganaría con un 41,8% de los votos. Pero para los comicios generales quedan más de dos años y el liderazgo de Rajoy se resiente.

Mientras que el PSOE atraviesa su crisis de credibilidad más profunda de las dos últimas legislaturas, Rajoy contempla cómo los suyos se pelean entre ellos en vez de con los socialistas. La crisis y el paro se lo están poniendo en bandeja al presidente popular y sin embargo la imagen que proyecta el PP es de caos y de que el líder ha perdido las riendas.

Porque Esperanza Aguirre y Francisco Camps tienen sendas mayorías tan absolutas como indiscutibles se permiten plantarle cara al líder cuando los intereses de uno u otro partido regional -o incluso sus intereses personales- chocan con los del partido en Madrid.

Pero no sólo ellos le discuten a Rajoy. Esta semana la conclusión, incluso dentro de su partido, ha sido unánime, al presidente le falta liderazgo. Y para muestra un botón: "Un líder, y no varios; un proyecto, y no varios", dijo el jueves el ex presidente José María Aznar. "Cuando el liderazgo fuerte se ejerce con los débiles, lo que hay es una prueba de la debilidad de ese liderazgo", aseguró el ex ministro Juan Costa. "Rajoy tendría que estar dedicado a liderar y hacer visible su alternativa de gobierno", remató Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León.

Rajoy no es Aznar, que entró en la guerra de Irak sin preguntar. Rajoy es un hombre de silencios, de evitar los enfrentamientos y decir a cada cual lo que quiere oír. Hasta ahora, al líder del PP la estrategia del aquí no pasa nada le ha surtido efecto. Pero esta semana ha perdido la paciencia, prueba de lo cual ha sido la expulsión fulminante e inmediata de Ric Costa tras desafiar directamente a Génova.
El líder ha prometido que el martes, en el Comité Ejecutivo del partido, pondrá cada cosa en su sitio. Por delante tiene la tarea de arreglar el embrollo de Caja Madrid y de conseguir imponer a su candidato, Rodrigo Rato, sin sancionar a Cobo. Al fin y al cabo, la entrevista del vicealcalde madrileño a El País no deja de ser -además de escandalosa- algo anecdótica. Porque Cobo no hizo más que decir lo que piensa todo el sector marianista y la batalla que se está librando en los medios de comunicación no es más que el reflejo de la que el PP libra en los despachos. Hay quien piensa incluso que el vicealcalde de Madrid, para decir todo lo que dijo el lunes sobre Aguirre, tenía el permiso, como mínimo, de Gallardón.

Queda por ver si el golpe en la mesa que Rajoy ha dado con Costa y el que posiblemente dará el martes ante el Comité Ejecutivo no llegan demasiado tarde. Tras el famoso Congreso popular de Valencia parecía que había recuperado definitivamente su liderazgo. Pero lo cierto es que los suyos se le siguen rebelando y los militantes se cansan de tanta espada en alto.

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