En un día en el que se conmemoraba la guerra, el PP firmó la paz, o al menos una tregua. Tuvo que ser en el 2 de mayo cuando Rajoy diese por zanjada su crisis con Aguirre, aunque reconociese que ha pasado 15 días bastante duros. La consigna ahora es llegar unidos al Congreso del partido.
El PP empieza a ser consciente del espectáculo que está dándole a los suyos y de lo dañino que resultaría llegar en plena crisis al Congreso Nacional que celebra en junio, de ahí que ayer empezase a escenificar el cierre de filas. El presidente del partido, Marino Rajoy, que finalmente acudió a la recepción organizada por Esperanza Aguirre en la Real Casa de Correos para disipar cualquier duda, saludó con dos besos a su compañera de partido y mantuvo con ella unas breves palabras. Era la primera vez que coincidían después del discurso de Elche, en el que Rajoy invitó a irse al partido liberal o conservador al que así lo quisiera, y en todo momento la imagen que trataron de transmitir fue de cordialidad.
Ya en declaraciones a la prensa, Rajoy reconoció que en estos momentos el PP está pasando por "momentos de dificultad", ante los que tiene previsto que "dé la talla y esté a la altura de las circunstancias". "A pesar del ruido que hay, nos vamos a presentar como un partido unido", aseguró Rajoy. Y en referencia a una "posible polémica" con la presidenta de la Comunidad de Madrid, dijo que está "absolutamente zanjada en el supuesto de que hubiera existido".
En este sentido, confirmó que dará oportunidad a "quien lo merece y tiene ganas de trabajar", pero aseguró que "no se ganan amigos por la vía de la sustitución sino por la vía de la ampliación". "Las cosas están mucho mejor que hacer 15 días, y dentro de 15 días estarán mejor de lo que puedan estar ahora", apostilló.
Primarias. Eso sí, Rajoy eludió pronunciarse sobre la propuesta de celebrar elecciones primarias en el PP para elegir a su candidato a la presidencia del Gobierno y se limitó a recordar que el PP se encuentra ahora en "un debate abierto" precongresual. En este periodo, "cada militante puede opinar lo que estime oportuno y conveniente".
Por su parte, Esperanza Aguirre fue la encargada de lanzar los primeros mensajes pacificadores de la jornada, ya que en una entrevista en la Cadena SER volvió a insistir en que "no va a disputar el liderazgo" a Rajoy, algo "no lo piensa ni lo ha pensado nunca". No obstante, explicó que cuando le dicen que si esta postura "es inamovible o inquebrantable", ella siempre dice que "las adhesiones inquebrantables ya pasaron hace mucho tiempo".
"Una gracieta". En este sentido, la presidenta madrileña hizo alusión a una de sus intervenciones en que dejó caer la expresión de "ser candidata o no", y explicó que sólo era una "gracieta" o guiño a Rajoy, que durante un Congreso celebrado en 1999, después de que hablaran todos los vicesecretarios, el actual líder acabó diciendo "sí" o "no" de una forma "muy a la gallega". Eso sí, volvió a proponer que hay que "profundizar en un debate ideológico" para vencer a sus adversarios.
Por otra parte, se refirió a una información publicada ayer en Abc, según la cual el ex presidente del Gobierno José María Aznar le ha pedido a los veteranos del partido que se constituyan en "elemento de estabilidad". "Aznar me debe considerar una pipiola porque no me ha llamado", respondió Aguirre con una sonrisa.