-¿Qué experiencia vivió en Antena 3 después de tantos años en Televisión Española?
-Viví una etapa buena. En Antena 3 estuve cuando se inauguró la cadena, antes de pasarme a TVE. Pasé casi seis meses y fue precioso, porque cuando se puso en marcha era una época muy bonita. Yo, un crío, y Antena 3, recién nacida.
-¿Cómo fue su segunda vuelta a Antena 3?
-Fue bien, ya era una cadena madura, asentada y ocurrió algo curioso. Había un formato muy bonito y que me gustaba mucho, ¿Sabes más que un niño de Primaria? Entonces lo compró Antena 3 y nos pusimos en contacto para hacerlo. Fue una decisión personal hacer este tipo de programa.
-¿Mereció la pena el cambio de una cadena por otra a escala profesional?
-Sí, lo que pasa es que yo estuve 16 años en TVE y se me encasillaba. El que luego te cambies es siempre lo lógico. Más que cambiarme de cadena, lo que hice fue hacer el programa que en ese momento quería; como lo tenía Antena 3, pues me fui con ellos.
-¿Cuáles son los proyectos que tiene en este momento?
-Pues hacer radio, ya que de la televisión estoy un poco apartado. Tengo otros negocios además de la comunicación, y los fines de semana es el tiempo libre que tengo para la radio. Aun así, sigo teniendo ofertas de autonómicas, de otros proyectos; pero no dispongo del tiempo. Además, lo que necesito es buscar un formato que me apetezca, porque hoy en día hay muchos formatos, pero algunos programas yo ya no me veo haciéndolos. No puedes hacer una cosa que hacías hace 26 años, ni algo que ya has hecho. Es un momento bonito en la televisión con la era de la TDT, así que cuando llegue un proyecto que me guste y del que me enamore, independientemente de la cadena, estaré encantado de ponerme delante de una cámara. Por ahora estoy muy feliz delante de un micrófono de radio.
-Después de su trayectoria en radio y televisión, ¿con cuál se queda ahora mismo?
-Yo soy hombre de radio. Empecé haciendo Los 40 Principales como muchos presentadores que luego se han quedado en la radio o se han ido a la televisión. Con el tiempo se me cruzó la televisión y ahora la gente me conoce más por la pequeña pantalla. Ambas no pude compaginarlas y cuando dejé la televisión, Punto Radio me dio la oportunidad y me lancé. Me reconforta mucho más la radio en este momento porque en ella haces el programa que tú quieres, lo haces más cercano. En cambio, en la televisión el presentador es sólo aquél que pone la guinda al pastel.
-¿Siente que la estabilidad que tenía en televisión querría conseguirla ahora en la radio?
-Claro, porque me tira más profesionalmente la radio. Con el paso de los años tienes una experiencia y una agenda que te hace que puedas tener en tu programa desde el presidente del Gobierno hasta un actor, pasando por un torero... Eso es lo bonito que en la televisión no existe. Cuando encuentre un magacín en condiciones, que creo que lo habrá, volveré.
-¿Ve que la televisión no está pasando por su mejor momento?
-No, la televisión lo bueno que tiene es que tú puedes apagarla o ver lo que quieras. Yo voy a lo que me gusta de la televisión, veo mucha por deformación profesional, porque me gusta verla y analizar los programas. Pero luego, yo como consumidor de televisión veo mis cosas y del resto paso. Esto es lo que hay que hacer. También ahora tenemos técnicamente más canales que nunca con la era de la TDT. Actualmente lo que queda por hacer es llenarla de buenos contenidos, algo que está en cuestionamiento. Y eso le atañe a los directivos de las televisiones, que hacen todos lo mismo. Yo siempre digo que si por la tarde hay 15 canales, ¿por qué todos hacen programas del corazón con los mismos vídeos y con los mismos personajes?
-¿Quizás algún día le veremos presentando de nuevo El Grand Prix en TVE?
-No lo sé. Desde el principio me di cuenta de que hay programas que tienen un principio y un fin, pero éste no lo tiene. El enfrentamiento sano entre pueblos siempre funciona porque es algo muy español.
?-La capa la colgó este año, ¿volverá a sacarla del armario?
-La capa la he guardado porque he estado muchos años con ella. El primer año lo rechacé porque mi hermana que vivía fuera venía después de cinco años por Navidad. Pensé que no me llamarían el segundo año y sin embargo fue uno tras otro. Entonces, llegó este año y no me llamaron, pero lo comprendí porque ya no estoy en ninguna cadena. Pero aunque ya haya cubierto el cupo, las campanadas es algo a lo que no se puede decir que no.
