Por Álvaro Rodríguez del Moral La comparecencia de Ramón Valencia en los aperitivos del restaurante La Raza fue una sucesión de titulares que habrían ocupado, por sí mismos, un periódico entero. El cogerente de la empresa Pagés diseccionó la gestación de la Feria de Abril, los problemas para televisar el ciclo y hasta las relaciones laborales entre empresas, matadores y cuadrillas en un denso e interesante almuerzo enmarcado en los habituales Aperitivos del restaurante La Raza en que reveló, entre otras perlas, la incesante pérdida de abonados de la plaza de la Maestranza y los números rojos de Resurrección.
El Juli por la Puerta del Príncipe. / J. M. Paisano (Atese)
Valencia abrió fuego refiriéndose a las circunstancias de la incomparecencia en 2012 de El Juli, máximo triunfador del festejo que ha abierto la temporada y principal ausente de la pasada Feria de Abril. En ese sentido, el empresario señaló que no hubo desavenencias en su contratación; él no quería venir. El empresario añadió que él sabrá los motivos pero nosotros hablamos con él y le ofrecimos lo que le podía encajar: Resurrección y dos tardes más aunque se pudo sentir molesto porque le llamamos en cuarto o quinto lugar.
Valencia también se refirió a la retransmisión de los festejos de la feria a través de Canal Plus, abortada finalmente por motivos económicos. Tal y como ha precisado el empresario, el pasado año teníamos cinco corridas más, corridas rentables para la empresa con un abono potente que nos permitía pagar otros carteles en los que nos falta el dinero, en referencia a esos festejos de mayor relumbrón que, según su valoración, resultan deficitarios. Ahí fue donde el gestor de Pagés levantó una auténtica polvareda al afirmar que el pasado Domingo de Resurrección llegaron a peder 96.000 euros señalando que esto está pervertido empresarialmente. Es una corrida que siempre ha sido deficitaria pero teníamos otras que nos compensan de las pérdidas.
En ese sentido Valencia añadió que la corrida del Domingo de Resurrección tiraba del abono cuando la economía era boyante y con los carteles de este año, en otro tiempo, habría tirado del abono para arriba pero no lo ha hecho porque no hay dinero a causa de la crisis, no podemos buscar otras causas. A pesar de todo descartó por el momento una nueva reducción del metraje de la Feria de Abril, recortado en cinco corridas de toros.
La empresa Pagés no ha conseguido el objetivo de subir el número de abonados, que ha venido mermando en el último lustro de forma constante: Creíamos que el recorte nos ayudaría a no bajar el abono e incluso, si éramos capaces de hacer buenos carteles, podíamos subirlo algo. Pero no ha ocurrido eso y el abono ha bajado. La gran pregunta es: ¿Qué hubiera pasado si hubiéramos mantenido la gran feria del año pasado? Esa duda siempre estará ahí, finalizó el empresario de la plaza de la Maestranza afirmando que los toreros no han entendido que estamos en medio de una crisis económica.
Se propagó que El Juli no quería torear en Sevilla. Se le llamó y no era así La salvación de ciertos toreros no puede pasar por torear en Sevilla sí o sí. Nosotros tenemos que defendernos como empresarios aunque nos gustaría contar con todos pero no somos la solución de ciertos problemas. Tenemos algún torero que ha cortado orejas al que siempre hemos puesto y no le ha servido para nada. Le hemos querido reconducir a las corridas duras y le ha costado comprenderlo. Pero es que cada uno debe hacerse cargo de su propia situación. El 12 de octubre se está mascando un gran festival a beneficio del Banco de Alimentos y la Cruz Roja con toreros punteros. La empresa va a colaborar en todo.
Aunque se suspendan las salidas de Semana Santa, el Consejo de Cofradías no nos devuelve el dinero de los palcos y las sillas. Hay una gran demanda, hay cola para conseguir uno y cuando hay demanda se puede hacer eso. No es nuestro caso.
Se propagó que Julián no quería estar en Sevilla pero la prensa tiene que buscar la noticia y cuando no la encuentra se la inventa. Llamamos a Roberto y nos dijo que El Juli sí quería torear. Lo llamamos después de Manzanares y Morante y se ofrecieron a matar la corrida de Miura. Nosotros, encantados. Llevábamos pidiéndole una gesta a las figuras desde hace muchos años.
