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Ramón Vázquez: 'Tengo la espinita clavada de no haberme retirado en el Sevilla'

Uno de los emblemas del Sevilla en los 80, gracias a la confianza de Manolo Cardo, Ramón Vázquez asume la función de ojeador de rivales y será uno de los miembros de la dirección deportiva. El único 'lunar' de su carrera fue su retirada en el Deportivo después de despedirse de Nervión de forma triste.

el 16 sep 2009 / 04:13 h.

Uno de los emblemas del Sevilla en los 80, gracias a la confianza de Manolo Cardo, Ramón Vázquez asume la función de ojeador de rivales y será uno de los miembros de la dirección deportiva. El único 'lunar' de su carrera fue su retirada en el Deportivo después de despedirse de Nervión de forma triste.

-Después de ser uno de los candidatos a segundo entrenador de la primera plantilla ahora asume la labor de ojeador de rivales, ¿en qué consistirá su trabajo?

-No, al principio hubo un poco de precipitación a la hora de definir mi nuevo cargo. Se dijo que iba a estar con el primer equipo como segundo entrenador, pero no se aclaró el tema. Tanto Jesús Calderón como Juan Lozano están desempeñando esa función con gran acierto, así que voy a estar vinculado al club como informador de rivales. Estaré en continuo contacto con Jiménez para orientarle un poco sobre los contrarios, su forma de juego, sus jugadores más destacados...

-Mientras se especuló con la posibilidad de ejercer de segundo técnico supongo que soñó con ser la sombra de Jiménez, ¿no?

-La ilusión por estar en el Sevilla es siempre la misma. Tanto en la secretaría técnica como en el primer equipo puedo ayudar, pero esta nueva faceta es intermedia y me da mucha alegría afrontarla. Lo que me ilusiona es que confíen en mí para cualquier labor en el club, pero me preocupa estar a la altura.

-Usted fue el 'descubridor' de Julio Baptista, ¿hay algún mirlo blanco ahora en el mercado?

-Los hay, pero es difícil traerlos. Y el fichaje de Baptista fue responsabilidad de la secretaría técnica. Aquí no hay magos. La labor de la dirección deportiva es atar a jugadores, pero siempre con la opinión valorada de todos los que formamos parte de ella. Yo no decidí solo, porque todo el mundo avaló mi consejo. Cada día es más complicado acertar, ya que el margen de mejora es muy pequeño.

-¿Cómo es su relación con Jiménez?

-Nuestra relación es amistosa. Anteriormente coincidimos en el filial y en juveniles, así que el cariño viene desde lejos. Hace ya tiempo que es complicado que nos veamos en algún acto, porque viajamos mucho, pero siempre mantenemos el contacto.

-¿Cómo es él en el trabajo rutinario?

-La principal virtud de Manolo es que en todos los aspectos de la vida lo que ha conseguido se lo ha ganado a pulso. Es una persona con mucho carácter, que cumple sus metas a base de trabajo. Además, se vuelca al cien por cien en todo lo que hace. Le han exigido mucho y ha respondido con creces. Tiene margen de mejora, es muy sevillista y ofrece un potencial enorme. Puede ser el técnico del Sevilla durante mucho tiempo.

-¿Cree que alguna vez pensó en abandonar?

-No, abandonar no, pero lo que sí es verdad es que hay ocasiones en las que la gente no es de hierro. La presión le puede superar, pero sus espaldas son muy anchas. Como persona que es se sintió un poco molesto por las críticas de una parte de la afición, pero ha dejado claro que es un hombre con capacidad de superación y un trabajador nato.

-Usted se marchó del Sevilla en 1992 después de no alcanzar un acuerdo de renovación, ¿se fue dolido con el club?

-Uno cuando está en el Sevilla lo que quiere es acabar su carrera deportiva en el club, y más aún en aquella etapa, ya que era mi último contrato. Me fui con 28 años y con cierto dolor.

-¿Guarda rencor a alguien?

-Uno, con el paso del tiempo, va analizando la situación. Fui comprendiendo que quería quedarme en el club, así que no entendí que no hiciesen todo lo posible para que siguiera. Hay que respetar la opinión de todos y en aquella etapa entendí que lo mejor era marcharme. Pero también me llamaron hace diez años para volver a la que siempre ha sido mi casa y curé un poco mi herida.

-Es el único 'lunar negro' de su carrera, ¿no?

-Más bien es una espinita que tengo clavada en el corazón. Y más aún después de ver a compañeros de mi etapa y a los más modernos como Javi Navarro, David Castedo y Pablo Alfaro despedirse en el césped por la puerta grande.

-¿Con qué nota valoraría la campaña del Sevilla?

-Mucha gente opina lo contrario, pero para mí ha sido de sobresaliente, porque se ha conseguido el objetivo que se buscaba. Cada día es más complicado cumplir metas, porque hay dos clubes monstruosos, Barcelona y Real Madrid. Nosotros hemos estado por encima de equipos con mayor presupuesto.

-Jiménez se sometió semanalmente a un juicio público y fue renovado, ¿ha crecido como entrenador?

-Uno aprende de todas las circunstancias, pero sobre todo de la presión del público. En esas situaciones se mejora. Una cosa es la opinión de los periodistas y la afición y otra la de los profesionales del fútbol, que no podemos hacer exámenes semana a semana. Su trabajo fue excelente.

-¿Su juego era atractivo?

-Puntualmente no se jugó bien, pero con los equipos grandes sí se desplegó un fútbol atractivo y se ganó. No siempre es posible ganar y convencer. A veces es mejor vencer anteponiendo eso al espectáculo.

-Hará informes de rivales, pero buscará jóvenes valores, ¿no?

-Se alternarán ambas funciones. Siempre tendré contacto con el primer equipo, pero también ampliaré el trabajo de la secretaría técnica.

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