En cinco o seis años tendrán que tirar estos bloques si antes no se arreglan. Los cimientos están muy mal, según los estudios". Lo dice Manuel Ramírez, presidente de la asociación de vecinos, y se refiere a una manzana de La Candelaria, donde se gesta un plan de rehabilitación desde hace ya tres años.
"Vivimos en ratoneras del siglo pasado", describe Isabel, una vecina que reconoce que no es fácil poner de acuerdo a las administraciones y, sobre todo, convencer a los vecinos para que den el visto bueno a unas obras que no les saldrán totalmente gratis. Por si fuera poco, en el caso de la restauración de los pisos de La Candelaria, los vecinos de los bajos van a perder sus patios -de los que se han apropiado ilegalmente- en favor de la comunidad.
Por eso el 30% de ellos no está de acuerdo con el proyecto. En cambio, Junta y Ayuntamiento obligan a que el 90% del total de los vecinos lo apoye y contribuya en el pago. Y es que el Gobierno andaluz pondrá la mitad del presupuesto, el Ayuntamiento alrededor del 30% y, el resto, tiene que correr a cargo de los residentes. Eso sí, "pagarán en función de sus ingresos", remarca el Manuel Ramírez, portavoz vecinal de Tres Barrios, que lleva tres años trabajando para poner en marcha la reforma.
El proyecto está incluido en el segundo Plan de Barrios y es el que va más adelantado, junto con la rehabilitación en San Jerónimo, de todos los anunciados. A diferencia de Los Pajaritos y Regiones Devastadas, en La Candelaria no habrá demolición, sólo obras, ya que los pisos no son propiedad de las administraciones. Los vecinos tienen sus escrituras. Ya se han hecho los estudios técnicos y ya se conocen los objetivos. Falta que los residentes den el sí.
"Más de un 70% está de acuerdo y aún no se han hecho las reuniones escalera por escalera", comenta Ramírez, quien apuntó que la oficina de información que el Ayuntamiento abrirá en el barrio podría ubicarse en el mercado de abastos.
Allí, los vecinos de la manzana de Candeleta, Candelón, Candelería y Candelera tendrán los datos de la obra, para la que no hay fecha ni presupuesto.
La obra . El objetivo es liberar los patios comunes de las construcciones que ahora los ocupan y acondicionarlos para que los disfruten todos los vecinos, instalar ascensores, cambiar las escaleras, colocar trasteros, ampliar las viviendas a través de lavaderos y terrazas cuya superficie se podrá incorporar a las escrituras de los pisos, renovar la red de agua y luz, así como rehabilitar las fachadas y las zonas comunes interiores.
Todo ello ya lo explicó el Ayuntamiento en un tríptico informativo que repartió hace ahora más de dos años. Incluso incluía una recreación de cómo quedarán los pisos, ya con balcones y patios comunes.
Entonces se requería que el 100% de los vecinos estuvieran de acuerdo, ahora la exigencia se ha rebajado al 90%, según el portavoz vecinal.
"Hay que reforzar los cimientos y poner tuberías nuevas. Las aguas subterráneas se han filtrado por el subsuelo, así que los bloques no aguantarán 5 o 6 años más. Lo dicen los sondeos técnicos", advierte Ramírez. Los vecinos lo ratifican: "Esto está lleno de humedades, el estado del bloque es tercermundista. Están muy mal hechos".
