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Reabre el bar Líbano tras años sin licencia de apertura

El Líbano, un bar de copas situado frente a la Iglesia del Sagrado Corazón, no siempre ha tenido ese nombre ni los actuales dueños, pero nunca ha contado con licencia de apertura. (Foto: El Correo)

el 15 sep 2009 / 03:20 h.

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El Líbano, un bar de copas situado frente a la Iglesia del Sagrado Corazón, no siempre ha tenido ese nombre ni los actuales dueños, pero nunca ha contado con licencia de apertura. Hasta la semana pasada, cuando la sacó la propietaria actual. Durante tres años, una vecina había denunciado ruidos hasta altas horas de la madrugada. El bar, tras una semana clausurado, reabre con todos los papeles en regla.

En el Líbano se organizaban hasta conciertos. Cuando terminaban los músicos, al alba, la vecina cuyo cabecero de la cama coincidía con el escenario tenía que levantarse para trabajar, pero no podía. Cuando no había concierto, la música de ambiente se filtraba en su vivienda y tampoco la dejaba dormir. Ni a ella ni a su familia.

Entre 2005 y 2007, esta mujer, que prefiere permanecer en el anonimato, interpuso hasta cinco denuncias en la Policía Local porque sospechaba que el establecimiento no contaba con permiso para música. Ninguna de las denuncias fue atendida.

El mes pasado contrató a un abogado para defenderse mejor. Se presentó con su letrado en la Concejalía de Medio Ambiente. El edil del ramo, José Manuel González, examinó la situación para comprobar si tenía o no permiso para música.

Y se sorprendió al descubrir que el establecimiento no sólo no tenía ese tipo de permiso, sino ni siquiera una licencia de apertura. No la habían sacado ni la actual dueña ni los anteriores y ni siquiera los propietarios que habían regentado anteriormente el local con nombres distintos.

El concejal, que pidió perdón a la víctima, sólo encuentra una explicación: "En este pueblo hay mucha actividad y los bares cambian de manos rápidamente". De hecho, los cuatro dueños anteriores estaban a punto de sacar su licencia de apertura cuando traspasaban el negocio. "Ocurre que a los dueños de un bar se les pide mucha documentación antes, pues tienen que contratar a técnicos que supervisen el local y sus condiciones espaciales, acústicas...".

Y se les da un tiempo. En el caso del Líbano, acabado ese tiempo, el local era traspasado. Y vuelta a empezar. Ello explica que haya permanecido durante años sin ningún tipo de autorización.

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