La idea, consolidar a Sevilla como plató de cine, lleva acariciándose años. Y en ese empeño, la Andalucía Film Comission ha conseguido atraer a un número creciente de producciones a la ciudad. A escasos días de que el rodaje de la quinta temporada de Juego de Tronos comience en el Real Alcázar, conviene recalcar cómo este monumento es uno de los que, históricamente, más ha atraído a cineastas casi desde los orígenes de la invención.Paradójicamente, en muy pocas ocasiones el Alcázar ha sido el Alcázar. El cameraman corresponsal de los hermanos Lumière, Alexandre Promio, rodó en Sevilla la que probablemente fue primera superproducción extranjera que se filmó en España, aprovechando el paisaje, la temperatura y las facilidades que ofrecieron los ayuntamientos. Se trata de La vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de las Américas, fechada en 1916. Y en ella se contemplaba ampliamente el Alcázar, aunque en realidad, en la pantalla, hablaban de la Alhambra. También sirvió el monumento sevillano como trasunto del granadino en la más reciente, y mucho más célebre, 1992: La conquista del paraíso, que dirigió el afamado Ridley Scott.
Seguramente, nunca nadie habrá llevado tan lejos al Alcázar como los realizadores de Juego de Tronos, quienes convertirán el palacio en Dorne, uno de los siete reinos en los que fantasiosamente se divide la saga que en 1996 comenzara a idear literariamente George R. R. Martin. Lo que sí parece claro es que en casi todas las ocasiones, las más que evidentes resonancias arábigas del monumento han resultado ser motivadoras esenciales para elegir el emplazamiento.
Así, y de un modo palmario, en la clásica El viento y el león (1975) de John Milius, nos hallaremos hacia una imponente construcción... trama obliga, marroquí. O en la celebérrima Lawrence de Arabia (1962) de David Lean, por obra y gracia de los guionistas, el Alcázar y todos su avíos eran parte del reino de Damasco. Se filmó en él la llegada de Lawrence de Arabia (Peter OToole) al cuartel general de El Cairo después de derrotar a los turcos en Áqaba.
«No sería nada de extrañar que el equipo de rodaje explotara mucho los jardines; uno de los lugares predilectos por la inmensa mayoría de los cineastas que lo han elegido», vaticina Said Zoido, responsable junto con su hermano Iván, de la guía Sevilla en el cine (Spink). El norteamericano Ridley Scott regresó en 2005 para ambientar parcialmente en él su blockbuster El reino de los cielos, una aventura medieval que se desarrolla en la época de las Cruzadas. Nada menos que la cuarta parte de los patios que componen el Alcázar se utilizaron en la película, la mayoría para representar el palacio del rey Balduino en Jerusalén.
Ocho producciones que han tenido al Alcázar como escenario clave de sus historias.A la hora de hablar de excentricidades, no es este un set que, por sus peculiaridades y considerable coste de acceso, se preste a extravagancias. Con todo, pueden rastrearse algunas, como la comedia musical de 1948 Jalisco canta en Sevilla, de Fernando de Fuentes; una astracanada hoy ignota, protagonizada por un charro mexicano en apuros. Vapuleada por la crítica en los festivales en los que se presentó entre ellos el de Cine Europeo de Sevilla, una cinta danesa de muy escasa trascendencia, La joven de las naranjas, escogió en 2009 los jardines como telón de fondo para una olvidable peripecia romántica.
Louis de Funès e Yves Montand encabezaron en 1971 el cast de Delirios de grandeza, otra producción que pasó por los palacios sevillanos. En clave española la película Réquiem por Granada (Vicente Escrivá, 1990), inspirada en los últimos años del reinado nazarí, fue en parte filmada en el Real Alcázar; aunque ese episodio de la cinematografía patria parezca hoy perdido.
Un fotograma del filme de Ridley Scott, El reino de los cielos.La Fábrica de Artillería, los jardines del Alcázar y el Palacio de Monsalves fueron los espacios escogidos por Carlos Iglesias para ambientar Ispansi (2010), una cinta cuyo argumento cabalgaba entre la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. Años antes (2006), Agustín Díaz-Yanes hizo pasear su Alatriste por aquí.
Muy recientemente, Noche y día (James Mangold, 2010) y El dictador (Sacha Baron Cohen, 2012) han popularizado si cabe aún más el monumento. Dos mastodónticas producciones made in Hollywood que, como ahora hará Juego de Tronos, volverá a colocar en el imaginario mundial a Sevilla y su patrimonio. No obstante, en la memoria de todo buen cinéfilo, una de las cintas que también pasaron por él y que obtuvieron un respaldo unánime de los especialistas, fue Rojos(1981). Warren Beatty ha dirigido cuatro películas en su carrera profesional. Entre ellas ésta, su segunda incursión en la dirección, por la que fue premiado a Mejor Director.
«Al final, lo sorprendente de esto es que Sevilla no haya explotado desde el punto de vista turístico su enorme filiación con el cine», argumenta Said Zoido, enfrascado ahora en la confección de una guía específica dedicada a Granada, y convencido de que «por lo general, no se le da demasiada importancia a los rodajes, pese a los inmensos dividendos que generan».
A partir de mañana, buena parte de los jardines del Alcázar, el Palacio de Don Pedro I y los baños de Doña María de Padilla permanecerán cerrados hasta el día 20. El secretismo alrededor de la saga Juego de Tronos forma parte de la tensión lógica a la que los guionistas someten a los fans. Mientras lee estas líneas, en Sevilla ya están alojados medios centenar de personas del equipo de la serie que defiende la prestigiosa productora HBO. Es pronto para sacar más conclusiones. Buscaban un lugar arábigo y caluroso y lo tienen. También lo quieren lleno de fuentes. Y por obra de los especialistas, lo tendrán.