La Audiencia Nacional ha rechazado indemnizar a la familia de un preso que falleció de sobredosis en la cárcel de Morón de la Frontera (Sevilla) ya que no hubo negligencia del centro y la muerte se produjo "por la libre decisión del interno de consumir determinadas drogas". La familia del preso reclamó al Estado una indemnización de 184.933 euros porque consideró que el consumo de drogas se debió a las "insuficiente medidas tomadas en la prisión" para evitar la entrada de estupefacientes y por incumplimiento de su "obligación de velar por la salud e integridad física de los internos". La Audiencia Nacional, en una sentencia a la que ha tenido acceso EFE, dice que, según los datos del expediente, "es evidente que la Administración llevó a cabo una importante actividad de vigilancia y control", pues en los dos meses anteriores hubo en el módulo donde se produjo la muerte 416 cacheos, cuatro de ellos al fallecido, y 302 requisas en las celdas. Además, el día anterior al fallecimiento, ocurrido el 17 de noviembre de 2009, el preso fue cambiado de módulo y ninguno de los funcionarios detectó que estuviese mal ni ninguna sintomatología para llevarlo a la Enfermería, pues incluso estuvo hablando con el subdirector de Seguridad, que tampoco observó nada anormal. Tampoco los presos de las dos celdas colindantes escucharon nada anormal en la ocupada por el fallecido, añade la sentencia. La Audiencia Nacional concluye que "no existió ninguna anormalidad por parte de la Administración en la obligación de velar por la vida e integridad física del interno", una obligación que "es de actividad, no de resultado". Por tanto, el fallecimiento del interno se debió a "su "propia y libre decisión de consumir determinadas drogas, cuya ingesta produjo una reacción adversa, con resultado de muerte". El preso fue encontrado por el funcionario encargado del recuento de la mañana y sobre una repisa de su celda se encontró un papel de aluminio quemado y un canutillo de papel "probablemente empleados para el consumo de drogas".
