Los vecinos de la zona sur de la ciudad, concretamente los de la barriada la Nocla, no quieren que se construya en su barrio una residencia de ancianos. Se da la circunstancia de que en los terrenos donde se ubicará el futuro edificio los vecinos realizan una fiesta anual además de muchas actividades, sobre todo deportivas, a lo largo del año.
Sin embargo, los terrenos son de propiedad municipal y, pese a las quejas, el Consistorio primará las necesidades de los más de 180 residentes de la tercera edad que acogerá la residencia, cuyas obras comenzarán en verano.
Según ha manifestado la concejal de Servicios Personales y Familia, Mariló Gutiérrez Peral, se trata de "un entorno privilegiado en el que se ha buscado la integración con un edificio de amplias posibilidades, incluso para otros usos relacionados, que contribuirá a la mejora de la calidad de vida de los abuelos, que gozarán de unas vistas espléndidas y de la posibilidad de pasear por la ribera del río Guadaíra".
La obra y gestión del centro, que concertará plazas con la Junta, fue adjudicado al grupo Geriatros, que invertirá algo más de siete millones en su ejecución. Esto supondrá para la ciudad la creación de empleo durante las obras, de aproximadamente 18 meses, más el personal que finalmente trabaje en la residencia, que pasará del centenar. Ésta será una buena oportunidad para insertar en el mercado laboral al sector femenino, que suele estar especializado en estos trabajos.
La parcela sobre la que se va a construir es una extensión de más de 5.600 metros cuadrados que linda con las calles Cáñamo y Zarzas, sobre la que se levantará un edificio de tres plantas más sótano. La primera planta estará ocupada por servicios comunes (vestíbulo, cafetería, gimnasio, enfermería, cocina...). En las dos siguientes plantas se dispondrán 105 habitaciones.
