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Regale una colección a Sevilla

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda donar (o al menos intentarlo) una colección de lo que sea a la ciudad. Bueno un "deloquesea" no sería excesivamente correcto, pues si un lector atesora almanaques de chavalas medio en cueros, no valdría, o si otro lector, desde niño, acumula escuditos de solapas (ahora llamados pins) de cofradías tampoco.

el 15 sep 2009 / 17:00 h.

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda donar (o al menos intentarlo) una colección de lo que sea a la ciudad. Bueno un "deloquesea" no sería excesivamente correcto, pues si un lector atesora almanaques de chavalas medio en cueros, no valdría, o si otro lector, desde niño, acumula escuditos de solapas (ahora llamados pins) de cofradías tampoco.

Ahora bien, en lo de regalar, como siga así la cosa, tendrá que reglamentarse el qué sí se acepta o acoge y el qué ni hablar del peluquín; porque, como comprenderán, a como está el metro cuadrado, habrá que analizar quien hace un favor a quien, si el donante "colocando" su colección, o el donado buscándole ubicación, custodia, cuidados y vigilancias.

Yo , lo poquito que voy a dejar, estoy seguro que se lo quedarán mis hijos (¡buenos son para eso!), pero estoy seguro que mi colección de objetos de los Beatles (vinilos, CDs, vídeos y DVDs) no los quieren (dicen que son muy suaves, muy blandos); mi colección de Catecismos (tengo como treinta, me pirra leer catecismos, sobre todos los del XIX, aquello sí que eran pecados, y no los de ahora, que ni llegan a veniales) como que no les hace gracia; y mi colección de "Tintinología" (cosas de Tintín, Milú, Haddock, Tornasol, el cohete a la Luna, etc.) como que tampoco. Todo, lo voy a ofrecer a la ciudad. Así que, alcalde, cuando quiera viene a casa, le doy unas cocletas (croquetas en cofrade) y suscribimos, con fotógrafos, el protocolo.

José María Font es abogado.

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