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La tensión en Gibraltar obliga a Rajoy y a Cameron a mediar en el conflicto

España formará un grupo de trabajo sobre el Peñón con Reino Unido, pero rechaza relajar los controles de acceso. La Policía gibraltareña arresta por contrabando a tres pescadores andaluces y tres llanitos en mitad del conflicto

el 07 ago 2013 / 15:30 h.

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33 Protesta ayer de trabajadores andaluces en la frontera con Gibraltar, afectados por los fuertes controles de acceso que ha impuesto España. 33 Protesta ayer de trabajadores andaluces en la frontera con Gibraltar, afectados por los fuertes controles de acceso que ha impuesto España. La creciente escalada de tensión en el Peñón, cuyo punto álgido ha sido el amago de las autoridades gibraltareñas de denunciar al Gobierno de España ante un tribunal europeo por los controles de acceso en la Roca, ha forzado al primer ministro británico, David Cameron, y al presidente Mariano Rajoy a mediar personalmente en el conflicto, que lleva enquistado dos semanas. Fue el premier quien telefoneó ayer, pasadas las diez de la mañana, a Rajoy, con el que mantuvo una conversación “constructiva” que duró unos diez minutos. Cameron le transmitió su “seria preocupación” por el refuerzo de los controles de acceso desde el Peñón, que cada día provocan colas de varias horas en la aduana, afectando tanto a los turistas que visitan la antigua colonia como a los 7.000 empleados andaluces que cruzan a diario para trabajan en Gibraltar (la mayoría son de los municipios colindantes de La Línea de la Concepción y Algeciras). También le inquieta las medidas adicionales que está barajando el Gobierno de España, como cobrar una tasa de 50 euros para entrar y salir de la antigua colonia. Rajoy le replicó que su preocupación gira en torno a las trabas que pone Gibraltar a que los pesqueros andaluces faneen en aguas de la Bahía de Algeciras, y considera “inaceptable” que arrojaran 70 bloques de hormigón al mar para dificultar la pesca. En este punto hay una disparidad de criterios respecto a la soberanía de las aguas en el Estrecho: o españolas o gibraltareñas. Justo después del conflicto pesquero sobrevino el problema de las largas colas de vehículos en la frontera. Ambos líderes acordaron ayer rebajar el grado de tensión por la vía diplomática, aunque sus respectivos gobiernos, en sendos comunicados, ofrecieron posteriormente interpretaciones distintas sobre los términos de esa conversación telefónica. Según Cameron, Rajoy le “prometió relajar los controles” de acceso desde el Peñón. Pero según Rajoy, España considera que esos controles fronterizos son necesarios para evitar el fraude fiscal y el contrabando y, además, “las medidas adoptadas se adecuan perfectamente al Código de Fronteras Schengen” y se rige por los principios de “aleatoriedad, proporcionalidad y no discriminación”. Después de la conversación telefónica, los ministros de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García-Margallo, y Reino Unido, William Hague, se pusieron en contacto y acordaron crear “grupos de trabajo ad hoc” para “resolver la situación” en Gibraltar, en los que estarán presentes, además de los dos gobiernos, “aquellas autoridades que puedan tener competencias en estas materias”, explicó el departamento de Margallo en un comunicado. Se trata de incorporar a las autoridades de Gibraltar y del Campo de Gibraltar, pero el Gobierno ha rechazado de plano reeditar el llamado Foro Tripartito, que puso en marcha el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, como han pedido las autoridades del Peñón, porque se niega a conceder a Gibraltar un estatus “idéntico” al de Reino Unido y España. Margallo subraya en su comunicado que España “se reserva la potestad de hacer controles para evitar los tráficos ilícitos, así como a adoptar las medidas que estime convenientes para evitar el fraude fiscal, las violaciones al medio ambiente y cualquier acto que vaya contra el ordenamiento español y comunitario”. Downing Street, por su parte, insiste en que Rajoy se ha comprometido a rebajar las medidas en la frontera y que la posición del Reino Unido sobre la soberanía británica de Gibraltar y sus aguas circundantes “no cambiará”. En medio de este conflicto diplomático, la Policía del Peñón detuvo en la madrugada de ayer a seis personas, tres pescadores andaluces que navegaban a bordo del buque San Francisco y tres llanitos, durante una operación contra el tráfico ilegal de tabaco. Según informó el Gobierno gibraltareño, los ciudadanos andaluces –de 46, 49 y 51 años, todos residentes de La Línea– fueron arrestados a las 4.00 de la madrugada a bordo del cuando este se encontraba junto a la playa de Catalan Bay. Los tres ciudadanos gibraltareños –dos de los cuales tienen 38 años y el tercero 42–, fueron detenidos en la orilla de la misma playa. Los seis detenidos permanecen bajo custodia policial mientras se desarrollan las investigaciones. La Guardia Civil española alertó a la Policía del Peñón sobre este pesquero, “que ya había participado en actividades ilegales dentro de las aguas territoriales británicas de Gibraltar”.

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