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Reino Unido reabre el debate sobre la soberanía de Gibraltar

Londres exige a España que la Guardia Civil no patrulle en aguas del Peñón.

el 22 nov 2009 / 20:19 h.

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Reino Unido ha pedido a España que la Guardia Civil deje de patrullar en las aguas que considera que pertenecen a Gibraltar y ha advertido de que estas "incursiones" son una "violación de la soberanía británica" y dañan la colaboración entablada con España en el Foro de Diálogo tripartito.

Esta exigencia se ha conocido poco después del incidente militar ocurrido el pasado viernes en Gibraltar, donde una patrullera de la Armada británica disparó contra una boya con los colores de la bandera española, rojo y amarillo. La Embajada de Reino Unido en España trasladó esta solicitud al Ministerio de Asuntos Exteriores el pasado 18 de septiembre después de que la Policía marítima gibraltareña neutralizara dos embarcaciones de la Guardia Civil que estaban dentro del perímetro de las tres millas que rodean al Peñón.

Los dos incidentes tuvieron lugar los días 4 y 7 de septiembre cerca de Punta Europa, el punto más meridional de Gibraltar, según la nota de la oficina diplomática británica, a la que tuvo acceso Efe.

En ambos casos, los guardias gibraltareños detectaron la presencia de lanchas de la Guardia Civil a las que invitaron a alejarse al no dar una "explicación válida" que justificara su presencia en esas aguas.

Para el Gobierno de Reino Unido, "estas incursiones son motivo de honda preocupación, son una violación de la soberanía británica de las aguas y como tales, son inaceptables".

Además de exhortar a España a que tome las medidas necesarias para que no se vuelvan a repetir, la Embajada británica manifestó "su decepción ante estos incidentes que son contrarios al espíritu positivo de cooperación" que quedó patente durante la histórica visita del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a la colonia el pasado 21 de julio en el marco del Foro de Diálogo.

En aquella reunión, Moratinos acordó con su colega británico, David Milliband, y con el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, tratar de mejorar la colaboración marítima ante los problemas que también ha habido a la hora hacer frente a accidentes como el del buque New Flame en 2007.

La Embajada recordó a Exteriores que el Reino Unido "no reconoce en ningún caso el derecho de los buques españoles a realizar búsquedas u otras actividades ejecutivas en aguas territoriales británicas de Gibraltar". "La posición del Gobierno británico con respecto a las aguas que rodean a Gibraltar permanece inalterada y, en consecuencia, ha comunicado al Gobierno español en innumerables ocasiones que el Reino Unido considera que España no tiene ningún derecho en relación con las aguas territoriales británicas de Gibraltar", según el escrito de la Embajada.

Ante esta queja de Reino Unido, Exteriores respondió que la soberanía sobre las tres millas que circundan la colonia pertenece a España en virtud del Tratado de Utrecht (1713), puesto que la cesión se limitaba al territorio y a las aguas del puerto, según informaron a Efe fuentes de este departamento.

Esta tesis llevó al Gobierno español a solicitar a la Comisión Europea a principios de este año que incluyera en su listado de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) un espacio que incluye parte de las aguas en disputa.

Esta propuesta suscitó el enfado de Gibraltar y reavivó el debate sobre la soberanía de este área, lo que quedó al margen de las conversaciones del pasado mes de julio. Vigilancia. La petición de Reino Unido de que la Guardia Civil no patrulle en aguas del Peñón es muy significativa ya que este cuerpo fue el que alertó de que una patrulla de la Marina británica estaba realizando pruebas de tiro contra una boya con los colores de la bandera española en aguas cercanas al Peñón, pero fuera de las tres millas. Por este hecho el nuevo embajador británico, Giles Paxman, fue convocado por el Ministerio Exteriores para pedirle explicaciones.

Paxman presentó sus "excusas" por el "error de juicio y la falta de sensibilidad" de sus soldados, garantizó que la investigación se llevará a cabo "a fondo" y aseguró que se exigirán las responsabilidades "que correspondan" para que este incidente "no se vuelva a repetir". España aceptó estas disculpas por entender de que esa boya, "no representaba a la bandera de España".

Esta situación abre un periodo de incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre Madrid y Londres, un tema siempre polémico.

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