Esperanza se levantó del asiento y, con la emoción escondida tras unas gafas de sol, recogió el título que su padre se ganó antes de ser fusilado el 5 de agosto de 1936. La memoria de José Manuel Puelles, ex presidente de la Diputación de Sevilla y desde ayer Hijo Predilecto, inundó de lágrimas el Día de la Provincia.
Esperanza, a sus 86 años, vio que el salón de plenos al completo se ponía de pie y dedicaba un largo aplauso a su padre. Pese a la emoción, mantiene que el homenaje llega con cierto retraso. "Más de 70 años tarde", comentó la hija de aquel médico solidario que, después de asistir a tanto enfermo, encaminó su vida a la política hasta que falleció por sus ideales, cuando ocupaba la presidencia de la Diputación de Sevilla.
Su talante reivindicativo y solidario se coló en el discurso del actual presidente de la institución provincial, Fernando Rodríguez Villalobos, quien hizo un nuevo alegato -aunque no el último- en defensa de una financiación local. "La delimitación de competencias a los entes locales y la dotación presupuestaria para ese cometido es la asignatura pendiente del Estado", reivindicó ante la mirada de un miembro del Gobierno central, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.
Lejos de formular una réplica, éste dio buena muestra de su talante municipalista, fruto de sus 14 años al frente del Ayuntamiento de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Y no le restó ni un ápice de razón, al afirmar que "la modernización de España no se entiende sin la aportación de los ayuntamientos". También tuvo palabras de elogio hacia la figura del ex presidente de la institución provincial, que "pagó con su vida por el desarrollo de una vida mejor para sus convecinos", según rememoró.
El recuerdo no está peleado con la fiesta y la alegría de vivir. De esto último sabe bien la otra persona que recibió la distinción de Hija Predilecta. Gracia Montes fue concluir el acto y recibir las felicitaciones de sus amigas en forma de la canción que le dio la fama: Será una rosa, será un clavel. Y esta tonadillera de Lora del Río correspondió con varias coplas que brindó a todos los asistentes a este acto.
El Día de la Provincia también distinguió a siete personalidades con la Medalla de Oro de la provincia. Una de esas distinciones, por cierto, viajará al corazón de África. Será la de José Luis Pelayo, cooperante internacional que llevará el título hasta Malawi, donde la guardarán "las monjas que desde hace 15 años hacen posible este reto". Con menos kilómetros a sus espaldas pero con el mismo sentir solidario fue reconocido el pediatra Ignacio Gómez de Terreros, que durante 11 años fue director de la Casa Cuna, siendo un adelantado a su tiempo y dando cobijo a los niños sin hogar.
También recibieron la Medalla de Oro, la ex rectora de la Universidad Pablo de Olavide, Rosario Valpuesta, por ser la primera que abrió el camino a las mujeres en el mundo universitario; el biógrafo de Blas Infante Enrique Iniesta; el antropólogo Isidoro Moreno; y los diseñadores Victorio y Lucchino. De estos últimos, el presidente recalcó que mencionar "sus nombres era como decir Sevilla".
En representación de éstos, así como de la Asociación de la Prensa de Sevilla y la ONCE -con sendas placas de honor- habló otro premiado, el periodista deportivo de la SER José Antonio Sánchez Araújo, el maestro, que señaló que no les queda otra que mostrar "orgullo por ver cómo el trabajo realizado tiene recompensa y agradecimiento con quienes deciden estas distinciones".
