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Relevos en el Lope de Vega

Laura Vital, Niño de Pura y Milagros Mengíbar apadrinaron a Lydia Montero, Jesús Manuel Herrera y la peruana Manuela Barrios. 

el 16 dic 2009 / 10:25 h.

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La Fundación Antares Foro y la de Arte Flamenco Cristina Heeren han promovido la tercera edición de la gala flamenca celebrada anoche en el Lope de Vega, en la que tres maestros indiscutibles le dieron la alternativa a tres novilleros ilusionados del cante, el baile y el toque. Sobre los maestros no hay mucho nuevo que decir que no se haya dicho ya antes muchas veces: la bailaora Milagros Mengíbar y el guitarrista Niño de Pura tienen ya más que demostradas su valía como maestros. El profesor Calixto Sánchez suspendió su participación por estar con la gripe, y en su lugar actuó la joven cantaora Laura Vital a la que lo de maestra le queda un poco lejos, sobre todo por su corta cortísima edad.

La gala no estuvo muy bien planteada porque los maestros vinieron a lucirse y no era la noche de ellos. Era la de los debutantes, porque la gala se organiza cada año, desde hace dos, para lanzar a nuevos valores del cante, el baile y el toque flamencos.

En cuanto a los debutantes, es justo decir que estuvieron a la altura que se les exigía, o sea, que cumplieron, aun teniendo en cuenta que para ellos era como para un novillero recibir la alternativa en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla.

Hubo muchos nervios, pero dejaron claro que no están en esto por esnovismo, sino porque les gusta el arte y, sobre todo, porque quieren ganar dinero, ser estrellas del flamenco, un arte musical que atraviesa tan buen momento que muchos jóvenes lo eligen como una manera de situarse en la vida, en vez de elegir cualquier otra carrera para la que saben de antemano que no hay mucha salida. En el flamenco, en cambio, subvencionado y promocionado desde los medios de comunicación, la salida laboral es más segura.

El Niño de Pura presentó al joven guitarrista malagueño Antonio Jesús Herrera; Laura Vital a la cantaora sevillana, de Villaverde, Lydia Montero; y Milagros Mengíbar a una joven limeña (Perú), Manuela Barrios. Los tres tuvieron la oportunidad de actuar para varios cientos de personas que aplaudieron con fuerza la voluntad que le pusieron a un arte para el que hace falta algo más que apuntarse a una academia, en este caso la prestigiosa escuela de la norteamericana Cristina Heeren, presente anoche en la gala.

Sólo el tiempo dirá si estos tres nobeles podrán relevar a los maestros. Por el momento sólo están aprendiendo y entendemos que un teatro como el Lope de Vega de Sevilla es una responsabilidad demasiado grande para jóvenes poco preparados.

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