Para los que se patearon una y otra vez la isla de la Cartuja en el año 1992 en busca de algún recóndito pabellón, un simple paseo por estos jardines les devolverá, como en un bucle melancólico, destellos de aquella Sevilla futurista capaz de deslumbrar al mundo. Dieciocho años después de su apertura con motivo de la muestra universal, los Jardines del Guadalquivir volverán a abrir sus puertas, presumiblemente antes de fin de año, para el uso y disfrute de los ciudadanos, una vez que la Confederación Hidrológica del Guadalquivir se ha encargado de su recuperación hidrológica y forestal.
Enclaves tan singulares como el jardín de las rosáceas, el de las plantas aromáticas y medicinales o el jardín del reposo y la lectura, de diseño árabe con sus fuentes cantarinas, todos ellos integrados en sus 7,8 hectáreas, volverán a renacer a los ojos de los sevillanos gracias a una actuación de recuperación en la que se han invertido 2,7 millones.
La consejera de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía, Carmen Martínez Aguayo, que ayer visitó las obras en compañía del candidato del PSOE a la Alcaldía de Sevilla, Juan Espadas, recordó que este espacio, patrimonio de la Junta, fue recuperado para su gestión tras el nuevo concurso de adjudicación de Isla Mágica y que, una vez reabierto, su mantenimiento será "algo combinado entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía", como ya se hace en otros jardines.
Esta actuación se encuadra en el convenio suscrito entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y el Ayuntamiento de Sevilla para la recuperación de la dársena del río, que ha previsto igualmente la adecuación del Jardín Americano y del Paseo de Ribera, y que ha contado con un presupuesto de 8,5 millones de euros procedentes en un 70% de los fondos Feder de la Unión Europea, mientras que el 30% restante lo aporta la Corporación local.
El técnico de la empresa Tragsa encargado de la recuperación de este espacio, Antonio Carrasco, informó de que se han plantado más de 30.000 plantas nuevas, se han regenerado 8.500 árboles y se han instalado un total de 26 kilómetros de líneas de riego para recuperar un espacio en el que se pueden admirar más de 200 especies vegetales.
Se da la circunstancia de que la hojarasca acumulada durante los años de clausura y abandono de este espacio ha permitido conservar los pavimentos originales de barro.
Los dos ejes principales de estos Jardines del Guadalquivir guardan un diseño de planta latina y en su interior se incluyen una serie de espacios temáticos distribuidos en una "secuencia" relacionada con los usos del suelo y del agua desde tiempos históricos, caso del jardín de los orígenes del suelo, el jardín del agua, el área de plantas aromáticas y medicinales, el jardín de las rosáceas o el del reposo y la lectura.
A falta del mobiliario urbano, que no está recogido en las partidas presupuestarias de este proyecto, los Jardines del Guadalquivir -con su laberinto, su plaza de la música y su avenida de los cipreses- está listo para su reapertura.
