El Pentágono ha enviado a Afganistán a Mohamed Jawad, uno de los presos más jóvenes de Guantánamo, según informaron ayer sus abogados. Se cree que Jawad era menor de edad cuando fue detenido en diciembre de 2002 en Afganistán por presuntamente lanzar una granada contra dos militares estadounidenses y su traductor, quienes resultaron heridos. En julio la jueza Ellen Huvelle ordenó su puesta en libertad ante la falta de pruebas para justificar su encarcelamiento.
"El señor Jawad finalmente ha vuelto a su casa para celebrar el Ramadán con su familia tras siete largos años lejos", dijo en un comunicado el mayor de la Fuerza Aérea David Frankt, uno de sus abogados. "Aunque el señor Jawad no podrá recobrar los casi siete años en los que estuvo detenido ilegalmente y fue torturado, ahora puede finalmente volver con su familia, sus amigos y su país, y comenzar a restablecer una vida normal", añadió Jonathan Hafetz, otro de sus letrados.
Por su parte, la organización militar Familias Militares Unidas, que rechaza el cierre de Guantánamo, afirmó que "la liberación del terrorista es el último ejemplo de las decisiones peligrosas que está tomando la administración (estadounidense)... y que ponen en riesgo a los soldados estadounidenses".
Jawad fue reclutado por terroristas en una mezquita en Kabul y recibió instrucción militar en un campamento en Afganistán a finales de 2002, según el Pentágono. En diciembre de ese año fue detenido por las fuerzas de seguridad de ese país y Jawad confesó haber perpetrado el ataque con la granada, aunque sólo porque le sometieron a tortura, según indicó después. "Les dije todo lo que querían oír", afirmó Jawad.
La jueza Huvelle le dio la razón en un dictamen en el que suprimió esas declaraciones debido al maltrato al que fue objeto. Cuando lo sufrió Jawad tenía 12 años, según sus abogados, mientras que el Pentágono calcula que tenía 17 años.
No existe ningún certificado de su nacimiento.
